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Se va el primer semestre sin Ley Bases y sin Pacto de Mayo

El programa Círculo Político entrevistó al analista político Anibal Urios quién se refirió en principio a las condiciones en que llegó este gobierno

21 Mayo de 2024 - 18:19

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Los tiempos se siguen estirando sin que la política encuentre respuestas consistentes y duraderas a las demandas sociales, aunque la baja de inflación ha atenuado en algo la ansiedad y ha dado oxígeno a Javier Milei. Pero cualquier análisis no puede dejar afuera los problemas que en el frente externo se han abierto, a partir de declaraciones inoportunas, justo en un país que necesita recomponer su imagen y confiabilidad ante el mundo, necesitado de inversiones que lleguen rápidamente.

Esta coyuntura fue analizada en diálogo con Círculo Político (lunes a viernes de 14 a 16 por http://ciudadano.news) por Aníbal Urios, analista político, quien se refirió en principio a las condiciones en que llegó este gobierno:

“Primero, el cerebro define lo que no quiere y le cuesta ponerse de acuerdo en lo que quiere; son prácticamente todas las formas de elección que tenemos en Argentina. Esto es lo que no queremos, y a ver qué le puede ganar a lo que uno no quiere, y después nos encontramos con que eso que elegimos no es 100% de mi agrado, sino que era una herramienta para calmar alguna ansiedad o algún miedo o incertidumbre que tuviéramos", remarcó, dejando en claro que se eligió más pensando en lo que se quería dejar atrás que en lo que vendría".

Incertidumbre

"Es inevitable tener incertidumbre hacia dónde vamos. La Argentina está inmersa en eso y el gobierno no da mucha claridad, sacando lo que es su pelea contra la inflación, que es de lo que más certeza tenemos, todo lo otro es una nube de incertidumbre", señaló, y añadió:

"En esa nube nos dice que vamos a estar bien, que vamos por un camino de crecimiento pero eso no es tangible en el día a día, la gente sigue penando sobre muchas cosas en lo cotidiano, esa guita que no nos alcanza para hacer frente a los gastos de todos los días. El eje está puesto ahí y es la preocupación de la gente, lo demás es todo cotillón y la gente no consume, sino que está más relacionado con lo más cotidiano”.

En ese contexto, verlo compartir tribunas con personajes como Viktor Orban o Marine Le Pen, puede ser complicado para la imagen de confiabilidad que se pretende dar: "Es una contradicción, porque él habla de una política abierta al mundo y no cerrada; lo dijo en campaña y constantemente ni bien asumió, que Argentina debía abrirse al mundo, el tema es discutir qué es abrirse, si es abrir para atraer inversiones es una cosa, si es abrirlo con yo quiero y los otros no, ya es otra cosa distinta, son más caprichos que una planificación de política exterior".

Entonces, “Habrá que ver, más allá de los dichos de los presidentes y de nuestro presidente, qué queda en las relaciones bilaterales, si es nada más que una pelea o impacta eso en las inversiones"

"Igual creo que el meollo en Argentina son las condiciones jurídicas que estamos generando nosotros para aquel que quiera invertir; uno cuando invierte necesita tener un horizonte claro de cómo son las reglas de juego y ahí está centrado y eso es también un desafío para el Congreso, establecer pautas concretas de desarrollo y que sean atractivas las inversiones, eso lo han hecho en el mundo. Brasil es un claro ejemplo de los últimos 40 años donde atrajo muchísima inversión extranjera".

En ese esquema de relaciones internacionales, signadas más por afinidades ideológicas que la pura contemplación del interés nacional, hay un caso particular, y es la cercanía con Donald Trump, ya que más allá de afinidades, tiene chances concretas de presidir la potencia más grande de la tierra, lo que podría volverse estratégico:

"Creo que están mirando a quienes van a venir, no quienes están yéndose; lo que pasa es que hay que transitar todo este tiempo entonces, en algunas cosas se apresura a tomar decisiones y en otras las piensa un poco más", explicó Urios, a la vez que se refirió a lo desconcertante que suele ser el presidente:

"Cada cosa que nosotros creemos que impacta negativamente en la opinión pública es positiva, y ahí es donde a todos los que estamos en política nos desconfigura un poco el manual práctico que tenemos, que siempre fue el mismo, y esto nos puso patas para arriba y estamos aprendiendo todos de estos nuevos tiempos, donde nos sorprende constantemente cómo reacciona la gente. Cada vez que mido, en donde mido hay un 50 a 58% de aceptación, entonces empiezo a hilar más fino y ver qué está viendo la gente que yo no estoy viendo, y ahí es donde más me mareo y tengo que preguntar mucho más para entender qué está pasando".

Las demandas locales

Eso abre entonces nuevas dificultades para entender el presente, donde se abroquela el respaldo pese a lo doloroso del proceso social. Al respecto, el analista explicó: "la gente entendía que un gran problema en Argentina era la inflación y el presidente lo supo interpretar, y ha llegado de alguna manera a demostrar que se puede dar pelea a la inflación, la gente ve que se ha puesto energía en eso. Ahora termina esta etapa y viene otra que es la que estamos viendo todos, es decir, vamos a poner un poco de plata en el bolsillo de la gente".

A la vez, parece que algo ha cambiado profundamente en la percepción del rol del Estado, por ello, "la gente sabe que tiene que ser con proyección a futuro, no que te den un poco de plata ahora como los famosos plan platitas y después vuelvo a estar en la misma situación que antes; eso ha cambiado en la opinión pública, el sostenimiento en el tiempo y es el gran desafió que tiene Milei"

"Si Milei logra meter esa plata en el bolsillo sostenida en el tiempo se queda a vivir en la Casa Rosada".