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De la esperanza al desencanto

Ascensor social, en retroceso: ¿por qué los jóvenes se sienten peor que sus padres?

El panorama evidencia una creciente brecha entre generaciones, reflejando una realidad económica más compleja para los jóvenes en comparación con sus progenitores.

Redacción

Por Redacción

29 Julio de 2024 - 12:45

Puja generacional.
Puja generacional. Web

En las últimas dos décadas, la percepción de progreso económico entre generaciones sufrió un cambio significativo. Según un estudio reciente del Centro de Investigaciones Sociológicas de España (CIS), la percepción de que se vive mejor que las generaciones anteriores disminuyó drásticamente.

Hace unos veinte años, un alto porcentaje de ciudadanos creía que vivían mejor que sus padres. Entre 1997 y 2007, entre el 60% y el 70% de los encuestados afirmaba que su calidad de vida era superior a la de sus progenitores. Sin embargo, esa percepción cambió. Actualmente, solo un 39% de los encuestados considera que su vida es mejor que la de sus padres, mientras que un 37% cree que su situación es comparable y un 22% siente que vive peor.

Las generaciones nuevas se sienten más agraviadas
Las generaciones nuevas se sienten más agraviadas

La brecha entre generaciones es notable, especialmente entre los más jóvenes. Solo uno de cada diez miembros de la generación Z (nacidos después de 1995) siente que su situación es mejor que la de sus padres, mientras que uno de cada cuatro millennials (nacidos entre 1982 y 1994) comparte esta percepción. En 2007, la mayoría de los millennials consideraba que su vida era mejor que la de sus progenitores.

Danislava Milkova Marinova, investigadora del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona, explicó que este cambio se debe a las décadas de crecimiento económico que vivieron las generaciones anteriores frente a las dificultades recientes, como la recesión y la pandemia, que han afectado más a las generaciones actuales. Los millennials son los que más se sienten desfavorecidos, con un 31% de ellos afirmando que su situación económica es peor que la de sus padres. La generación Z, en cambio, se siente más neutral respecto a su situación económica.

El estudio de 2023 del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) también reveló que el nivel educativo ya no garantiza el bienestar económico que ofrecía en el pasado. Aunque los jóvenes tienen más acceso a la educación, esto no se traduce necesariamente en una mejora económica. La estabilidad económica, la vivienda y la satisfacción laboral son áreas donde los jóvenes se sienten menos favorecidos en comparación con sus padres.

A pesar de la sensación general de desventaja, los jóvenes mantienen una perspectiva esperanzadora para el futuro. Un 70% de la generación Z y un 63% de los millennials creen que su situación mejorará en los próximos cinco años. Este optimismo contrasta con la percepción de los mayores, que son menos optimistas sobre cambios significativos a corto plazo.

Más optimismo entre los jóvenes
Más optimismo entre los jóvenes

Además, la relación entre la satisfacción económica y la confianza en las instituciones muestra que los jóvenes que perciben una disminución en su ascensor social tienden a culpar al sistema, mientras que los que perciben mejoras creen que es mérito propio.

En cuanto a la diferencia de género, el estudio muestra variaciones en la percepción entre hombres y mujeres, aunque estas diferencias no son cruciales en términos de desigualdad intergeneracional. En líneas generales, sugiere que el sentimiento de injusticia es más pronunciado en las generaciones más jóvenes, pero también señala que las diferencias de género en este aspecto son menores de lo esperado.

Este panorama evidencia una creciente brecha entre generaciones, reflejando una realidad económica más compleja y desigual para los jóvenes en comparación con sus padres.