La televisión y sus efectos positivos y negativos a la hora de descansar

El hábito de ver televisión en la cama es común en muchas personas, pero los expertos en salud del sueño advierten que esta práctica podría estar afectando negativamente la calidad de tu descanso. Al analizar este comportamiento, se encuentra que sus efectos pueden variar dependiendo de diversos factores, incluyendo las condiciones personales y el contenido televisivo.

La Terapia de Control de Estímulos (TCE), utilizada en el tratamiento del insomnio, sugiere que la cama debe reservarse exclusivamente para dormir y para el sexo. Al realizar otras actividades en la cama, como ver televisión, pueden crearse asociaciones negativas entre este espacio y la vigilia, dificultando la capacidad de conciliar el sueño. En cambio, si limitas la cama a su propósito principal, puedes fortalecer la relación entre el entorno y la somnolencia.

Algunos programas de televisión pueden ser demasiado estimulantes y generar emociones que interfieren con la capacidad de relajarse y dormir. Además, el acceso a contenidos a la carta permite a las personas seguir viendo programas más allá de la hora habitual de acostarse. Esto puede desplazar el horario de sueño, afectando el ritmo biológico y la producción de melatonina, una hormona clave para regular el sueño. 

También los cambios de volumen y las luces intermitentes de la televisión pueden resultar molestos y perturbar el sueño. Estos pueden incluso despertarnos después de haber conciliado el sueño, fragmentando el descanso y afectando su calidad. Además, quedarse dormido prematuramente frente a la televisión puede llevar a despertar en mitad de la noche, ya que el impulso del sueño tiene sus límites y no puede sostenerse durante toda la noche.

Sin embargo, ver televisión en la cama también puede tener algunos beneficios. Para algunas personas, este hábito actúa como un acondicionamiento positivo que les ayuda a relajarse y conciliar el sueño. El contenido televisivo, si se elige cuidadosamente, puede servir como una distracción agradable que calma la mente y reduce el estrés. Documentales sobre la naturaleza o programas relajantes pueden ser especialmente útiles en este sentido, ya que proporcionan una distracción suave sin sobreestimular el cerebro.

Además, la televisión puede ofrecer una sensación de compañerismo, especialmente para quienes se sienten solos por la noche. Los personajes y las historias pueden brindar compañía y consuelo, creando un ambiente más relajado y propicio para el sueño. El sonido suave y constante de la televisión a un volumen bajo también puede actuar como un ruido blanco, ayudando a algunas personas a conciliar el sueño más fácilmente al suprimir otros ruidos perturbadores.

Para quienes disfrutan de ver televisión en la cama, pero quieren mejorar su calidad de sueño, hay varias estrategias que pueden implementar. Es recomendable disfrutar de la mayor parte del tiempo frente al televisor en otra habitación y solo trasladarse a la cama cuando se sienta somnoliento. Elegir contenidos relajantes y evitar aquellos demasiado estimulantes también puede hacer una gran diferencia. Además, ajustar el brillo de la pantalla y usar filtros de luz azul puede mitigar los efectos negativos sobre la producción de melatonina.

Establecer un equilibrio entre el trabajo y el tiempo personal durante el día puede reducir la necesidad de compensar con televisión por la noche. Priorizar actividades que promuevan la relajación y el descanso antes de acostarse puede mejorar la calidad del sueño sin tener que renunciar a este placer nocturno.