Ciudadano News

Dólar oficial: $976.5 Dólar blue: $1260 Dólar CCL: $1252.2

RADIO
Descanso y cognición

La importancia de un sueño reparador para prevenir la demencia en la adultez

La licenciada Leonela Tassone, en diálogo con El Interactivo, explica que no es un simple estado de inactividad, sino un proceso esencial para la salud cerebral.

Redacción

Por Redacción

23 Julio de 2024 - 17:21

La importancia de un sueño reparador para prevenir la demencia en la adultez

En la vorágine de la vida moderna, a menudo subestimamos la importancia de un sueño reparador. Lo relegamos a un segundo plano, sacrificándolo por horas de trabajo, estudio o actividades de ocio. Sin embargo, detrás de esas apacibles horas de descanso se esconde un complejo proceso fundamental para el bienestar físico y mental, especialmente a medida que avanzamos en la edad.

Advertencia a los noctámbulos: Mira lo que encontró un estudio de sueño

Diversos estudios han evidenciado una alarmante relación entre las alteraciones del sueño durante la mediana edad y el mayor riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como la demencia. La licenciada en Psicología y analista en Cognición, Leonela Tassone, en diálogo con El Interactivo (lunes a viernes, de 12 a 14, por Facebook y YouTube de Ciudadano.News) lo explica de manera clara: "El sueño no es un simple estado de inactividad, sino un proceso activo y esencial para la salud cerebral".

Sueño y cognición: un vínculo inseparable

Desde la temprana juventud, el sueño desempeña un papel crucial en el desarrollo cognitivo. Durante el descanso nocturno, el cerebro consolida la memoria, procesa las emociones y fortalece las conexiones neuronales. Dormir lo suficiente y de calidad durante la infancia y la adolescencia sienta las bases para una mente sana y ágil en la adultez.

La mediana edad: una encrucijada para el sueño

A partir de los 40 años, el sueño comienza a modificarse naturalmente. La arquitectura del sueño se altera, con una disminución del sueño profundo y un aumento de los despertares nocturnos. Si a estos cambios fisiológicos le sumamos hábitos inadecuados de sueño, como horarios irregulares, consumo excesivo de cafeína o estrés crónico, el riesgo de padecer problemas cognitivos se incrementa exponencialmente.

El impacto del sueño en la salud mental, un reto de morbilidad asociada  para los especialistas

El enemigo silencioso: la acumulación de toxinas cerebrales

Uno de los mecanismos por los cuales la falta de sueño aumenta el riesgo de demencia es la acumulación de proteínas dañinas en el cerebro, como la beta amiloide. Durante el sueño profundo, el cerebro activa un sistema de limpieza que elimina estas toxinas. Si la duración o la calidad del sueño profundo se ven afectadas, estas proteínas se acumulan, formando placas que obstruyen las neuronas y dan lugar a enfermedades como el Alzheimer.

La relación entre el sueño y la salud mental - Cidepsi

El estrés y la ansiedad crónicos también son enemigos acérrimos de un sueño reparador. Cuando estos factores se prolongan en el tiempo, alteran la producción de melatonina, la hormona que regula el ciclo del sueño, y dificultan la conciliación del sueño y el mantenimiento de un descanso profundo.

Un llamado a la acción: estrategias para un sueño aliado

La buena noticia es que podemos tomar medidas para proteger nuestro sueño y, en consecuencia, nuestra salud cerebral a largo plazo. Algunas recomendaciones simples pero efectivas incluyen:

  • Establecer una rutina de sueño regular y cumplirla incluso los fines de semana.
  • Crear un ambiente de sueño adecuado: tranquilo, oscuro, fresco y silencioso.
  • Evitar la cafeína y el alcohol antes de acostarse.
  • Realizar ejercicio regularmente, pero no cerca de la hora de acostarse.
  • Relajarse antes de dormir con actividades como leer o tomar un baño caliente.
  • Si tiene problemas para dormir de manera persistente, consulte con un médico.

Conclusión: dormir bien, una inversión en salud

Dormir bien no es un lujo, sino una necesidad básica para el bienestar físico y mental. Priorizar un sueño reparador durante la mediana edad es una inversión fundamental en nuestra salud cerebral a largo plazo. Al adoptar hábitos de sueño saludables, podemos reducir el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como la demencia y disfrutar de una mente sana y activa en la vejez.

Es importante consultar con un profesional de la salud si experimenta problemas persistentes para conciliar el sueño o si observa cambios en su memoria o cognición. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida y el pronóstico a largo plazo.