¿Por qué salen verrugas en el cuello? La ciencia detrás de este incómodo problema

Las verrugas en el cuello son una preocupación estética común para muchas personas. Estas protuberancias, aunque generalmente inofensivas, pueden afectar la confianza y la autoimagen de quienes las padecen. En este artículo, exploraremos en profundidad por qué aparecen las verrugas en el cuello y cómo podés eliminarlas de manera efectiva.

¿Qué son las verrugas en el cuello?

Las verrugas en el cuello son pequeñas protuberancias rugosas que se forman en la piel. Su apariencia puede variar, pero generalmente son abultadas, ásperas y de color similar al de la piel circundante. Aunque no representan un riesgo para la salud, pueden ser molestas, especialmente si causan picazón o fricción con la ropa.

Causas 

Virus del Papiloma Humano (VPH): la principal causa de las verrugas en el cuello es la infección por el virus del papiloma humano (VPH). Este virus tiene más de 100 subtipos y puede infectar la piel a través del contacto directo con áreas lesionadas o con objetos personales contaminados, como toallas o máquinas de afeitar.

Cambios hormonales: las fluctuaciones hormonales, como las que ocurren durante la pubertad, el embarazo y la menopausia, pueden debilitar el sistema inmunitario y aumentar la susceptibilidad a infecciones virales como el VPH.

Irritación y fricción: la irritación severa y la fricción constante con la ropa pueden facilitar la entrada del virus en las capas más profundas de la piel, promoviendo el crecimiento de verrugas.

Sobrepeso y obesidad: el exceso de peso puede causar pliegues adicionales en la piel, generando fricción y calor. Además, la acumulación de tejido graso en el cuello puede aumentar la humedad y el contacto entre las superficies de la piel, favoreciendo la infección por el VPH.

Sistema Inmunitario debilitado: un sistema inmunitario debilitado reduce la capacidad del cuerpo para detectar y combatir infecciones virales, como las causadas por el VPH. Esto es común en pacientes con enfermedades autoinmunes, adultos mayores, pacientes con VIH/SIDA, personas en tratamiento con inmunosupresores y niños pequeños, quienes aún no han desarrollado suficientes defensas.

Tratamientos 

• Desaparición natural: las verrugas pueden desaparecer por sí solas, aunque esto puede tardar de seis meses a dos años. Sin embargo, no siempre ocurre así y, de hecho, pueden aumentar de tamaño o extenderse a otras partes del cuerpo. Por estas razones, muchos prefieren buscar un tratamiento para eliminarlas.
• Medicamentos tópicos de venta libre: disponibles en forma de parches, gel y líquido, los medicamentos tópicos de venta libre suelen ser la primera línea de tratamiento. Los que contienen ácido salicílico son preferidos, ya que disuelven las capas superiores de la verruga, desintegrando gradualmente el tejido infectado. Se requieren varias semanas de aplicación diaria para obtener resultados.
• Medicamentos tópicos de uso médico exclusivo: Si los tratamientos convencionales no funcionan, los dermatólogos pueden utilizar cantaridina, un medicamento que provoca una irritación controlada en la piel, formando una ampolla debajo de la verruga. Esta reacción inflamatoria ayuda a desprender el tejido verrucoso. Este tratamiento debe realizarse bajo supervisión profesional debido a su naturaleza irritante y riesgo de reacciones adversas.

• Crioterapia: la crioterapia utiliza nitrógeno líquido para congelar y destruir el tejido de la verruga. Este procedimiento induce una inflamación y una respuesta inmunitaria local que facilita la eliminación de la protuberancia. Los resultados se obtienen tras una o dos sesiones, aunque pueden ser necesarias sesiones adicionales para verrugas grandes o resistentes.
• Electrocirugía: la electrocirugía utiliza una corriente eléctrica de alta frecuencia para destruir el tejido verrucoso. Este procedimiento se realiza bajo anestesia local y puede causar enrojecimiento, hinchazón y dolor en la zona tratada. A veces, puede dejar cicatrices, pero generalmente basta una sesión para conseguir resultados.
• Tratamiento con láser: el tratamiento con láser utiliza pulsos de luz que son absorbidos por los vasos sanguíneos y las células de la verruga, logrando su degradación precisa y controlada. Es eficaz para eliminar el tejido afectado sin dañar la piel circundante, siendo ideal para verrugas persistentes o difíciles de eliminar con otros métodos. Los riesgos incluyen enrojecimiento, hinchazón o dolor, que desaparecen en poco tiempo. Generalmente, una o dos sesiones son suficientes.

• Inmunoterapia: estimula el sistema inmunitario para que ataque los virus del papiloma humano (VPH). Un enfoque común es la inmunoterapia con imiquimod (Zyclara), que se aplica tópicamente sobre la verruga para destruir las células afectadas por el VPH. Se requieren varias aplicaciones y su uso debe ser supervisado por un médico.
• Extirpación quirúrgica: la extirpación quirúrgica se considera cuando otros tratamientos no han dado resultados. Se realiza bajo anestesia local, removiendo la verruga con una pequeña porción de tejido sano circundante para asegurar su eliminación completa. Aunque existe el riesgo de sangrado, infección y cicatrices, generalmente permite eliminar las verrugas de forma definitiva.

Remedios caseros

Algunos remedios caseros populares incluyen:

• Aceite de árbol de té: aplicar diluido en una proporción de cinco gotas por cada 15 ml de aceite portador (coco, almendras, oliva).

• Ajo: machacado, solo o combinado con aceite de oliva o almendras, aplicado directamente sobre la verruga.
• Cinta adhesiva: cubrir la verruga con cinta de embalaje o cinta aislante, cambiándola cada cinco o siete días.
• Vinagre de manzana: aplicar con un trozo de algodón y fijar con cinta adhesiva, repitiendo el procedimiento varias veces.

Precaución: Los remedios caseros pueden causar irritación. Si experimentas enrojecimiento, comezón o molestias, enjuaga con abundante agua, evita su uso y consulta a un médico.

Prevención

Evitá el contacto con lesiones: no toqués las verrugas de otra persona y, si por algún motivo lo haces, lava de inmediato tus manos con agua y jabón.

Asegurá una higiene adecuada: lávate las manos con regularidad y evita compartir objetos de uso personal como toallas o afeitadoras.

Protegé e hidratá la piel: el cuidado diario de la piel y su humectación disminuyen el riesgo de grietas y abrasiones que facilitan la entrada del VPH.

Mantené el cuello limpio y seco: durante la rutina de cuidado personal, asegúrate de mantener la zona del cuello limpia y seca. Si tiendes a sudar demasiado, utiliza toallitas de forma regular y evita usar prendas que generen fricción.

Adoptá una alimentación saludable: una dieta equilibrada fortalece el sistema inmunitario, mejorando la respuesta frente a virus como el VPH.

Cuándo es recomendable buscar asesoría médica

Aunque la mayoría de las verrugas en el cuello son benignas y tienden a desaparecer por sí solas, es recomendable consultar a un médico o dermatólogo en los siguientes casos:

• Tenés muchas verrugas en el cuello.
• Las verrugas duelen, pican, arden o sangran.
• Tenés alguna condición que debilita tu sistema inmunitario.
• Las protuberancias han aumentado de tamaño o tienen características sospechosas.

Pueden ser una molestia estética, pero existen múltiples opciones de tratamiento para eliminarlas de manera efectiva. Desde productos de uso tópico hasta intervenciones dermatológicas, es posible encontrar una solución que se adapte a tus necesidades. Mantené una buena higiene y consulta a un profesional para prevenir y tratar estas protuberancias de manera adecuada.