Ciudadano News

Un año con bajas expectativas de crecimiento

El IERAL presentó su trabajo anual de análisis de la economía mendocina del 2021 y las perspectivas 2022

Por Martín Gastañaga

10 Marzo de 2022 - 07:33

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Por décimo séptimo año consecutivo se analiza en profundidad el panorama general y sectorial de la economía mendocina durante 2021, y también se estudia su posible evolución para el 2022. Basado en los propios datos, “el énfasis principal de este trabajo está en conocer las perspectivas económicas de Mendoza. De esta manera, se pretende contribuir a una mejor comprensión de los problemas que enfrenta la economía, y además detectar oportunidades de inversión en la provincia”, resaltan.

El trabajo fue realizado por el equipo de economistas del IERAL – Mendoza dirigido por Gustavo Reyes y Jorge A. Day. Siguiendo el orden de las ediciones anteriores, muestra la evolución detallada de cada uno de los principales sectores de la economía mendocina: Agropecuario, Industria, Vitivinícola, Petróleo, Comercio, Turismo, Construcción, Financiero y Electricidad y Gas. De cada uno se describe su evolución, los factores claves y sus perspectivas, teniendo en cuenta que representan más del 70% de la economía provincial.

El año que se fue

La producción de bienes y servicios en Mendoza durante 2021 ascendió a los US$ 12.400 millones, explica el informe, lo que traducido en términos per cápita, el nivel de ingreso promedio de cada mendocino alcanzó aproximadamente los 6.300 dólares anuales, según estimaciones propias de IERAL.

Durante 2021 la economía provincial evidenció una importante reactivación, pero con menor intensidad que a nivel nacional. Entre los motores más relevantes que potenciaron el rebote de la actividad económica se destaca el desconfinamiento de la pandemia (con respecto al 2020) y la fuerte expansión de la economía nacional.

La economía mundial también ayudó a que se recuperarán los precios y las exportaciones mendocinas pero el poder adquisitivo de las mismas se redujo por la elevada inflación.

A pesar de la recuperación económica, el mercado laboral del sector privado formal siguió siendo contractivo ya que no se recuperó el empleo ni tampoco el poder adquisitivo de los asalariados.

Los motores internos del sector financiero y del sector público provincial también continuaron siendo contractivos durante este año. Un dato importante que resalta el trabajo es que “el sector público nacional a través de las transferencias discrecionales tuvo a Mendoza entre las provincias más desfavorecidas en el reparto de dichos recursos”, en sintonía con un permanente reclamo de las provincias de signo opositor durante el gobierno de Alberto Fernández.

Comparada a la salida del año 2003 (anterior rebote luego de una caída similar en la economía), la recuperación del 2021, en general resultó más lenta e incompleta, ya que algunos indicadores importantes siguieron cayendo.

Escenario 2022

En cuanto a lo que viene, el estudio analiza que se encontrará un mundo bastante más complicado y con fuertes amenazas: tasas de interés en alza para frenar los avances de la inflación en varios países, fuerte desaceleración en los socios comerciales de Mendoza y enorme incertidumbre por la dinámica del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

En el contexto macro de Mendoza: altamente dependiente del escenario macroeconómico argentino y éste último del acuerdo (y su cumplimiento) o no con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los investigadores puntualizan además: “La falta de acuerdo con FMI, además de implicar un inédito default con el organismo internacional de crédito, volvería sumamente inestable a la economía con importantes caídas en los niveles de actividad y con gran peligro de explosión cambiaria e inflacionaria”.

Por otro lado, un acuerdo con FMI no resolvería ninguno de los problemas de fondo de la economía pero podría evitar un colapso de la misma aunque los niveles de inflación no necesariamente bajen de los registrados en 2021.

Dada la falta de reformas estructurales y que se mantendrían muy altos los niveles de inflación, el acuerdo con FMI difícilmente permita reestablecer la confianza en la economía nacional. Este motivo junto con la debilidad del resto de los motores que afectan la actividad económica de Argentina en el corto plazo, hacen prever que la expansión de la economía resultará relativamente baja durante 2022.

Por sectores

Teniendo en cuenta el inestable marco macroeconómico de la Argentina y el estancamiento de mediano plazo que presenta tanto la economía nacional como provincial, es urgente que Mendoza avance en mejoras estructurales dentro de los limitados márgenes de acción que tiene en materia de política económica, explican los autores.

En uvas, 2021 fue un mejor año, mejoró la cosecha y subieron los precios debido a los bajos stocks vínicos. Para 2022, se espera una cosecha más baja, y dados los menores stocks vínicos, podría afectar positivamente en precios más altos de las uvas nuevamente. Resto de la industria (4% del PBG): la agroindustria, que es muy dependiente de Brasil, presentó mejores datos, aunque en forma heterogénea, con mayor exportación de aceite de oliva y frutas preparadas, y similares en ciruela desecada. 

El panorama no es tan alentador, al contar con menos materia prima (menor cosecha de frutas), y con un Brasil que se estancaría. Le jugaría a favor un dólar oficial que dejaría de rezagarse.

En Turismo hubo una recuperación 2021 para este sector, al reducirse las restricciones para viajar, y también por el promocionado Previaje. Se registró más turismo de origen nacional, que en promedio gasta menos que el extranjero. Se espera una recuperación por la llegada de extranjeros favorecidos por un dólar oficial que dejaría de rezagarse respecto a la inflación interna.

Sector financiero: (4% del PBG) tuvo un flojo año con menos préstamos y depósitos. Para 2022, en una economía con baja expansión y ascenso en las tasas de interés (gobierno más necesitado de fondos), es difícil esperar un repunte significativo en los créditos.

Agrícola (sin uvas) (3% del PBG): buen 2021, con mejoras en cantidades (duraznos y peras) y en precios (ciruelas, aceitunas y ajos). Esto último se explicó en parte por buenos precios pagados por Brasil (ciruela y aceite de oliva). Sorprendió el ajo, porque fueron menores los precios pagados en ese país. Para 2022, se pronostica una menor cosecha en frutas y en uvas, lo cual puede repercutir en mayores precios.

Construcción (2% del PBG): en 2021 esta actividad tuvo un fuerte incremento, tanto de origen pública como privada. Para 2022, con los temores de menor crecimiento y mayores tasas de interés, el impulso de la construcción pública probablemente se atenúe.

Dada la falta de reformas estructurales y que se mantendrían muy altos los niveles de inflación, el acuerdo con FMI difícilmente permita reestablecer la confianza en la economía nacional. Este motivo junto con la debilidad del resto de los motores que afectan la actividad económica de la Argentina en el corto plazo, hacen prever que la expansión de la economía resultará relativamente baja durante 2022, se pronostica finalmente.