Material radioactivo: los daños que puede ocasionar a la salud

La aparición de una caja en el barrio porteño de Chacarita que debía tener contener material radioactivo, pero estaba vacía, generó mucha preocupación. Para conocer más qué representa esta situación, El Interactivo (lunes a viernes, de 12 a 14, por Facebook, YouTube y FM 91.7 de ciudadano.news) dialogó con Sergio Saracco, médico toxicólogo, quien explicó: “Tenemos que saber que hay distintos materiales radiactivos que circulan sin darnos cuenta por la vía pública, ya que esto es utilizado a veces en la industria para medir o calibrar cañerías, en ciertos procedimientos y en la parte médica”.

Sobre el cargamento que se transportaba en la caja, el médico comentó que se trata del yodo 131 que “es un radioisópoto que se utiliza en medicina para tratar ciertas afecciones, sobre todo a nivel tiroideo”.

“El yodo tiene una gran influencia a nivel de tiroides. En Mendoza, el déficit de yodo se había traducido en el bocio, que era tan habitual (…) y esto se resolvió por una ley nacional, a partir de un médico mendocino, por la que se incluyó la presencia de yodo en la sal de mesa. Por eso el principal riesgo de exponerse a esta fuente, yodo 131 es el potencial riesgo que puede generar en a nivel tiroideo de aquel que se pueda exponer a este líquido”, desarrolló.

El transporte del material radioactivo

Saracco informó que “en general se traslada con un cuádruple envase, uno exterior que tiene el etiquetado que informa el origen”. Luego, explicó que “lo importante es saber el icono que anuncia que se trata de material radiactivo. Cuando lo vemos hay que tener tres cuidados: uno es tiempo, cuanto menos tiempo estemos en contacto con la sustancia mejor; distancia, cuando más lejos mejor y, tercero, protección adecuada al riesgo, y esto tiene que ver con el envase interno que es la protección que da el riesgo que dentro del envase de cartón anuncia su presencia”.

Dentro del envase de cartón “hay una caja metálica. Dentro de ese segundo envase viene un contenedor de plomo que es lo que permite que no escape la radiación beta o gama y en el interior está el cuarto envase que es un envase líquido que en este caso es un contenido líquido de unos 45 mililitros, que es con lo que se traslada habitualmente en camioneta a los distintos consultorios o establecimientos donde se vaya a utilizar”, concluyó.

Los riesgos

“Cuando esto no es manipulado adecuadamente, puede generar un riesgo a la salud. Pueden producirse náuseas y vómitos por la misma reacción inflamatoria que genera esta radiación beta y gama, pero el tema es que esta radiación va a producir, sobre nuestras células, mutaciones que pueden devenir en producción de un cáncer, pero, lo otro, es la muerte celular que esos son quemaduras que van a producir y pueden ser severas y peligrosas, que no son inmediatas”, informó

“Con el transcurso del pasaje de horas, días, puede aparecer una reacción inflamatoria en la zona donde tuvo contacto y que después, con el transcurso de semanas va a producirse un daño en la piel por la muerte de las células que se producen”, añadió el médico.

“El riesgo es cuando alguien que lo encuentra y cree que es agua o lo mete en su bolsillo. (…) Estas radiaciones, la beta sobre todo, que es la que va a causar este daño celular, y la gamas que es el peligro. Hemos tenido casos en el país de veces que se han perdido alguna de estas fuentes utilizadas en la industria, alguien lo encuentra, lo toca, pero después tiene una evolución con un daño muy importante en la zona de piel que tuvo contacto”, añadió.

No se le puede sacar dinero

“Esto no tiene ningún valor comercial, el yodo 131 es uno de los derivados de radioisótopos de bajo costo que tiene el mercado. Lo único que podría sacar alguna diferencia es con el envase de plomo”.

En el caso de encontrarlo se debe “estar a mayor distancia posible, es la mejor forma de estar protegidos. Si alguien encuentra estas fuentes siempre avisar al 911”, concluyó Saracco.

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