Empieza la negociación artículo por artículo de la Ley Bases

Necesitado de agilizar la discusión artículo por artículo de la 'Ley Bases' y el paquete fiscal en el recinto del Senado de la Nación, el Gobierno podría tener este martes un panorama un poco más claro de los votos que en principio obtendría en el tratamiento de ambos proyectos, aunque ya se puede esperar que finalmente el trámite se definirá por apenas uno o dos votos de diferencia.

El oficialismo en el Congreso sabe que deberá conservar la calma para encausar las conversaciones con los bloques "dialoguistas", con el objetivo de blindar los trabajosos dictámenes de mayoría logrados la semana pasada en comisiones de Legislación General; Presupuesto y Hacienda; y Asuntos Constitucionales. 

Teniendo muy presente lo ocurrido en las comisiones, y para evitar discusiones bizantinas, desde el viernes último el segundo de la jefatura de Gabinete, José Rolandi; y la secretaria de Planeamiento Estratégico, María Ibarzábal Murphy, junto a senadores libertarios empezaron a desmenuzar el articulado. 

Uno de los funcionarios más activos en la gestión de evitar un Waterloo en el recinto, el flamante jefe de los ministros, Guillermo Francos, corre apresurado para garantizar la sanción de las primeras leyes de Javier Milei, y si bien la semana pasada obtuvo un relativo triunfo al destrabar el dictamen, fue a cambio de aceptar una infinidad de modificaciones en el texto de los proyectos. 

Sesión explosiva

En este escenario, La Libertad Avanza busca mantener una cumbre entre sus senadores y los jefes de bloque "dialoguistas" para decidir la viabilidad de armar grupos de artículos para tratar en conjunto y agilizar el trámite de cara a una sesión que se haría entre miércoles y jueves de la semana próxima, mientras que los puntos más sensibles irán por separado.

Ahora hay que ordenar el texto, contar bien los votos para cada capítulo y rogar que no haya chispas que puedan provocar un incendio en un polvorín. Tras el plenario de comisiones, largo y tedioso, la discusión de algunos puntos no quedó del todo cerrada, y en el oficialismo sospechan -con toda lógica- que un puñado de legisladores podría intentar algunas picardías. 

Para esto basta con ver las firmas en disidencia de varios senadores y recordar que hay varios artículos que podrían llegar a decidirse con dos tercios de los votos, por lo que sería imposible revertir en Diputados un resultado adverso cuando los textos vuelvan en segunda revisión a esa Cámara.

Cambios a la carta

Además, se debe tener en cuenta la tensión generada por el radical Martín Lousteau, quien cuestionó las "pocas" modificaciones concedidas al proyecto oficialista y elaboró un dictamen propio.

También se espera que llegue al Congreso un despacho en minoría del Frente de Todos en rechazo de los textos de la 'Ley Bases' y del paquete fiscal, que tendrán modificaciones al por mayor en comparación con los originales que llegaron de Diputados.

En estos cambios están incluidas las privatizaciones, un capítulo clave para el Gobierno, en especial una que preocupa a casi todas las bancadas: Aerolíneas Argentinas, postura que la Casa Rosada por ahora defiende para poder cumplir su propósito de aplicar una política de cielos abiertos.

A ese paquete conflictivo, sobre el que el Gobierno pretende no hacer más concesiones, también se suman las facultades delegadas, la reinstauración del Impuesto a las Ganancias y algunos puntos del Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), uno de los artículos más resistidos por Lousteau y por la oposición en general, con el argumento de que se debe legislar sabiendo que lo que se haga tendrá un impacto futuro.

Por eso legisladores y funcionarios intentan trabajar lo más rápido posible, porque no se sabe qué novedad rara puede aparecer en el camino, según deslizaron a la prensa algunos referentes oficialistas. De esto se desprende la necesidad de tener lo más detallado artículo por artículo, porque se supone que la votación será tediosa y en un ambiente cargado de tensiones, que con mucha suerte y viento a favor podría culminar recién dentro de un mes.

Protesta de la CGT

En tanto, la interna sindical quedó al rojo vivo después de que el dirigente de Camioneros y cosecretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Pablo Moyano, reunió por su cuenta este lunes a las regionales cegetistas, encuentro en que se aprobó una concentración para el día en que se trate en el Senado la 'Ley Bases' y el paquete fiscal.

En la sede de Azopardo 802 sólo participaron dirigentes que responden al hijo mayor de Hugo Moyano, simpatizantes kirchneristas, exmiembros del gobierno de Alberto Fernández, funcionarios del gobernador bonaerense Axel Kicillof  y sindicalistas trotskistas, pero no estuvieron presentes el sector mayoritario de la central obrera y sus aliados.

Pegaron el faltazo dirigentes del sector denominado de "los Gordos" y de los independientes que predominan en la cúpula cegetista -algunos de los cuales, como Gerardo Martínez, participan en Ginebra de una cumbre de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)-,  en una actitud que pone en evidencia el malestar por la jugada del dirigente de Camioneros, que se cortó solo y de manera inconsulta convocó por su cuenta a las regionales de la central obrera.

Esta situación aumentó la tensión y la dura pelea interna, y llegó a tal punto que los "dialoguistas" de la CGT lo llamaron a Hugo Moyano para protestar por la actitud desafiante de su hijo, con quien el titular del Sindicato de Camioneros mantiene fuertes diferencias políticas y gremiales desde hace unos tres años.