El precio de los alimentos lleva a más argentinos a la pobreza

Los aumentos que sufre la canasta básica mes a mes golpean cada vez más fuerte a todos los argentinos. Para analizar los movimientos que se están dando en los precios, El Interactivo (lunes a viernes de 12 a 14 por Facebook y YouTube de Ciudadano.News) dialogó con Germán Romero, director Departamento Estadísticas y Centro de Almaceneros de Córdoba, quien indicó: “Lamentablemente, seguimos batiendo nuestro propio récord, superamos ya el mes récord, que era abril con 8,4 según el INDEC, y ahora tenemos 9,6 muy cercano al 10”. 

Una situación difícil

“La diferencia de traspasar una barrera psicológica, que sería los 10 puntos, el efecto devastador en el bolsillo, en la economía familiar, es el mismo. Este 9.7% hace que los primeros 5 meses del 2023 la inflación acumulada sea del 43,3% y la acumulada anual sería de 119,6%, la línea de la pobreza para una familia tipo de 4 integrantes durante mayo se halla situado en $ 231.404”, explicó. 

Romero informó que la canasta básica total incluye “lo mínimo indispensable para vivir, es decir, el componente alimentario que tiene la canasta básica alimentaria, más no incluye alquileres, tiene muy poca indumentaria, salud pública, educación pública, transporte, es lo mínimo que necesitó una familia para sobrevivir en mayo”.

Cuando analizó los aumentos que tuvieron los alimentos, explicó que “la canasta básica alimentaría tuvo una suba del 10,4%” y luego agregó que “el azúcar lidera el ranking con una suba del 46% mensual. Le sigue la polenta con un 22%, el aceite un 20%, la leche y los yogurts un 15%. Todo se ha movido de una manera muy extraordinaria, muy excesiva”. 

“Esto hace que después de estos datos económicos vienen los indicadores sociales producto de estos porcentajes inflacionarios, en donde decimos que el 47% de las familias no alcanza plenamente a la canasta básica alimentaria”, comentó.

Deudas que aumentan

“Quienes sí pudieron alcanzar la canasta básica total, un 26% lo hizo con recursos propios, mientras que el 74 debió hacerlo con algún tipo de ayuda”, comentó. 

Al mismo tiempo, Romero explicó que “9 de cada 10 familias debió financiar algún tipo de alimento. La tarjeta de crédito que se usaba hasta hace un tiempo para reponer neumáticos, para hacer algún viaje, comprar electrodomésticos, hoy se utiliza para comprar en cuotas el alimento, que no imaginemos siempre que es para llenar un carro en el súper, no, se está financiando en los comercios de proximidad el alimento del día, un kilo de carne, dos leches, un poco de queso cremoso”. 

¿Por qué aumenta todo?

“A mayor demanda, el precio de la oferta sube, esto lamentablemente siempre será así, sumado a una dosis especulativa”, explicó Romero. 

“La gente consume papas, fideos, arroz, azúcar, aceite y todo eso como es lo que más se consume, se da un juego de oferta y demanda. Pero a la vez, tenemos la mala suerte que commodities internacionales. Para que se entienda, estos productos internacionales las empresas los venden, los exportan, a precio dólar. Es simple: la economía de sus finanzas cierra cuando el precio que venden al exterior es el mismo que puede vender en el mercado interno. Lo que ocurre es que el precio, el dólar con el que exportan las empresas, es el dólar oficial, por ende el mercado interno debería tener el dólar oficial”, analizó.

“Obviamente que el tipo de cambio está retrasado, pero hoy esos alimentos se mueven al compás de dólar blue”, agregó y desarrolló: Además de todo esto, la industria alimenticia también sufre el impacto del incremento del precio de los combustibles, por la logística, el impacto de las nuevas paritarias salarial, que se van a ir actualizando cada vez con mayor frecuencia por el mismo ritmo inflacionario. Hay un montón de componentes, pero lo cierto es que hoy las familias están sufriendo la dificultad que es conseguir alimentos”. 

La pobreza no es la misma de antes

“El Estado dice que si alguien tiene un vehículo, tiene una propiedad, no puede ser ni pobre ni indigente. Lo cierto es que hoy hay trabajadores formales que están bajo la línea de pobreza y que no serán asistidos por el Estado por tener alguna propiedad”.

“De quienes no pudieron acceder al total de la canasta básica alimentaria, un 73,6% tuvo que recurrir al Estado a pedir ayuda estatal para que pudiera completar sus alimentos básicos. 7 de cada 10 utilizaron una ayuda estatal. Lo que ocurre es que esto también genera un tema económico: esa ayuda se debe extender más por la nueva situación, pero cada vez que se requiere más ayuda, eso precisa de un esfuerzo más, un gasto público más, y una emisión monetaria más aguda que genera más inflación. La verdad que ese espiral inflacionario es muy difícil de tener con este contexto social”, concluyó.

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