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Terrores nocturnos

Los íncubos y súcubos: entre el folclore, la psicología y la ciencia

Según la tradición, estas criaturas se describen como entidades seductoras que se posan sobre el pecho de sus víctimas, obstaculizando la respiración.

Redacción

Por Redacción

25 Junio de 2024 - 21:03

Íncubo.
Íncubo.

Los íncubos y súcubos, figuras presentes en la mitología de diferentes culturas, han fascinado a la humanidad durante siglos. Según la tradición, los íncubos eran demonios masculinos que se aparecían a las mujeres durante la noche para tener relaciones sexuales con ellas. Por otro lado, los súcubos eran demonios femeninos que seducían a los hombres en sus sueños. Estas criaturas se describían como entidades seductoras que se posaban sobre el pecho de sus víctimas, obstaculizando la respiración.

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L'Incubo. Eugène Thivier (1845-1920).

Más allá del folclore: el fenómeno íncubo

Además de la interesante mitología que rodea a estos seres inquietantes, la psicología también ha explorado el fenómeno íncubo. Se trata de un tipo de parasomnia angustiante en la cual, además de experimentar la clásica parálisis del sueño, las personas pueden tener alucinaciones. La sensación de tener un ser sobre el pecho y la dificultad para respirar se entrelazan con la experiencia onírica.

Por qué se produce la extenuante parálisis del sueño

La dualidad de género en los íncubos y súcubos

La imaginería demoníaca de los íncubos y súcubos se ha extendido en todo el mundo. Además de los mencionados kanashibari en Japón y los pori en la India, en Inglaterra y Estados Unidos, estas criaturas toman la forma de una bruja nocturna llamada Old Hag. Estos seres mitológicos representaban a menudo deseos, miedos y tabúes sexuales en una sociedad dada.

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 kanashibari.

Los demonios nocturnos en la psiquiatría

La cultura tradicional deja una impronta psicológica en el inconsciente de la humanidad. A lo largo de la historia, muchas personas han soñado con seres mitológicos que se colocan sobre el pecho e impiden respirar. En psiquiatría, incluso hay casos de pacientes que dicen haber sido violados en sueños por estas criaturas.

Por qué ocurren las pesadillas recurrentes y cómo tratarlas - La Tercera

El 'fenómeno íncubo' en la ciencia

El Industrial Psychiatry Journal describió el caso de un joven de 18 años que afirmaba ser agredido sexualmente en sueños por una bruja. Tras un análisis clínico, se descartó cualquier tipo de parasomnia, como terrores nocturnos, pesadillas o parálisis del sueño. El joven padecía esquizofrenia, y después de un tratamiento con aripiprazol, sus experiencias desaparecieron.

Este fenómeno, conocido como el 'fenómeno íncubo', es un trastorno paroxístico que afecta al 0,11% de la población. Sus características incluyen:

  • Alucinación visual y táctil de una presencia que se coloca sobre la persona.
  • Presión en el tórax.
  • Aparición durante la parálisis del sueño.
  • Sensación de terror extremo y abrumador.
  • Posible excitación sexual a pesar del miedo.

El 'fenómeno íncubo' es común en pacientes con esquizofrenia o narcolepsia.

Disociación y parálisis del sueño

Además, los íncubos y súcubos están relacionados con la parálisis del sueño, que afecta al 8% de la población. Durante esta parasomnia:

  • Los músculos del cuerpo se paralizan durante la fase REM del sueño, creando una experiencia turbadora.
  • La ansiedad y la dificultad para respirar son comunes.
  • La disociación puede generar sueños vívidos en los que se visualiza a un ser encima del tórax.
  • La excitación sexual también puede estar presente debido a la activación cerebral durante la fase REM.

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Culpa, malestar y el arte de los sueños

La visión de un ser sobrenatural, sumada a la excitación que acompaña a esta vivencia, a menudo provoca sentimientos de culpa, ansiedad y confusión. Los sueños y los mitos han estado interconectados en diversas culturas a lo largo de nuestra historia. También en el arte, porque no solo Heinrich Füssli quiso hacer su propia representación de los íncubos y súcubos. Disponemos a su vez de 'La Pesadilla' de Nicolai Abraham Abildgaard (1800), otra obra igual de impactante.

Pesadilla | Nicolaj Abraham Abildgaard | 1800 | ::: de plata y exacto :::
La Pesadilla, de Nicolai Abraham Abildgaard (1800).

La psique humana no es ajena a estas manifestaciones artístico-mitológicas. Parte de nuestras pesadillas se nutren de mucho de lo que sentimos y también de lo que vemos. Si a ello se le añade toda la sintomatología sensorial que acompaña a la parálisis del sueño, no es extraño visualizar a un ser que nos quita la respiración sobre el pecho. Los fantasmas del universo onírico no parten de la nada; se nutren también de la iconografía, del folclore y de los miedos. De esos temores atávicos que combinan el tabú con el deseo, lo fascinante con lo espantoso .