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Llamado a la paz

La ONU busca detener la violencia en Medio Oriente

El secretario general, António Guterres, pidió que "las partes se aparten del borde del abismo".

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Por Ciudadano.News

28 Septiembre de 2024 - 17:33

Secretario General de ONU António Guterres
Secretario General de ONU António Guterres

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, expresó una profunda preocupación ante la alarmante intensificación de la violencia en Beirut durante las últimas 24 horas, según comunicó este sábado su portavoz oficial.

A través de un comunicado emitido por su vocero, Stéphane Dujarric, Guterres enfatizó la urgencia de frenar el ciclo de agresiones que está afectando a la región. "Es crucial que todas las partes involucradas se aparten del borde del abismo. Esta espiral de violencia debe cesar de inmediato", afirmó el portavoz.

El comunicado subraya que tanto el pueblo libanés como el israelí, junto con la región en general, están al borde de una crisis que no pueden permitirse: una guerra total. Las consecuencias de una escalada bélica a gran escala en una zona históricamente volátil podrían tener efectos devastadores no solo en los países directamente involucrados, sino también en la estabilidad global.

Guterres aprovechó para recordar la importancia de retomar el compromiso con la implementación total de la resolución 1701 (2006) del Consejo de Seguridad de la ONU, que establece un cese de hostilidades en el conflicto entre Israel y el Líbano y establece medidas para asegurar una paz duradera. "Es imperativo que las partes vuelvan a la senda de la diplomacia y el diálogo, y restablezcan el alto el fuego de manera inmediata", declaró.

Además, el jefe de la ONU reiteró su llamado a un cese al fuego inmediato en Gaza, una zona que en las últimas semanas ha vivido una escalada de violencia que amenaza con desbordarse aún más. Guterres exigió la liberación de todos los rehenes retenidos en Gaza, haciendo hincapié en la necesidad de abordar de forma integral la crisis humanitaria que afecta a la región, donde miles de civiles han quedado atrapados en el fuego cruzado.

El contexto geopolítico y el papel de la ONU

La situación en Beirut no puede entenderse de forma aislada; forma parte de una dinámica más amplia de tensiones en Oriente Medio, que incluye conflictos de larga data entre Israel y grupos armados en el sur del Líbano, como Hezbolá. Este grupo, apoyado por Irán, ha mantenido enfrentamientos periódicos con las fuerzas israelíes, generando un clima de incertidumbre constante en la región.

La resolución 1701, adoptada en 2006 tras el conflicto entre Israel y Hezbolá, estableció el despliegue de fuerzas internacionales de paz y el desarme de grupos armados no estatales en el Líbano, entre otras disposiciones. Sin embargo, su implementación ha sido parcial, y las tensiones han vuelto a resurgir periódicamente, siendo este último episodio una prueba más de la fragilidad de los acuerdos.

En este contexto, la ONU juega un rol clave en la mediación de conflictos, pero su capacidad de acción se ve limitada por la complejidad de las alianzas y los intereses geopolíticos que confluyen en Oriente Medio. Tanto Israel como el Líbano enfrentan presiones internas y externas, lo que dificulta alcanzar un acuerdo duradero sin el apoyo decidido de la comunidad internacional.

La situación en Gaza: un polvorín humanitario

El conflicto en Gaza, mencionado también por Guterres en su declaración, ha alcanzado niveles críticos, con la población civil sufriendo las consecuencias de los bombardeos y el bloqueo económico. La situación humanitaria es desesperante, con miles de desplazados y una infraestructura colapsada. La comunidad internacional ha denunciado reiteradamente las violaciones a los derechos humanos, pero los esfuerzos por alcanzar una solución pacífica han sido infructuosos hasta ahora.

El llamado de Guterres para liberar a los rehenes en Gaza subraya la necesidad de abordar tanto los aspectos militares como los humanitarios del conflicto. Las operaciones militares continuas y las represalias no solo perpetúan el ciclo de violencia, sino que también agravan las condiciones de vida de la población civil, que enfrenta la escasez de alimentos, agua y atención médica.