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Medida de fuerza

Los cardiólogos tomaron una decisión que genera preocupación

Los especialistas cancelaron la colocación de stents y las angioplastias durante 48 horas.

Redacción

Por Redacción

27 Agosto de 2024 - 16:07

Los pacientes están preocupados
Los pacientes están preocupados

Los cardiólogos intervencionistas realizarán una medida de fuerza de 48 horas, que comenzará el 28 de agosto, suspendiendo tanto la colocación de stents como los procedimientos de angioplastia. Esta decisión surge a raíz de las reivindicaciones del sector, que reclama por los honorarios insuficientes, el elevado costo de los insumos médicos, y la escasez de algunos de ellos.

El sector exige una respuesta clara y efectiva por parte de las prepagas, obras sociales y el PAMI, a la vez que solicita al Gobierno Nacional que intervenga de manera urgente, abriendo un canal de diálogo para encontrar una solución a este conflicto. No obstante, los cardiólogos han decidido que durante la medida de fuerza solo se atenderán las urgencias de mayor gravedad, garantizando la atención a pacientes en riesgo de vida.

El Colegio Argentino de Cardiólogos Intervencionistas (CACI) ha declarado el estado de emergencia en la especialidad, describiendo la situación como una "tormenta perfecta". Este término refleja la combinación de honorarios profesionales que se han visto erosionados por la inflación, y el drástico aumento en los costos de los procedimientos médicos, así como de los insumos necesarios, como el material de contraste y los stents.

La crisis ha derivado en demoras cada vez mayores por parte de las obras sociales y prepagas en la entrega de insumos, lo que agrava el riesgo para los pacientes al prolongar los tiempos de tratamiento. Este panorama es alarmante, ya que existe la preocupación de que la mortalidad cardiovascular aumente, debido a que la crisis actual podría llevar al colapso de la especialidad.

Además, aunque los insumos estén disponibles, la precariedad en la que se encuentra el sector impide su uso, resultado de la disparidad entre el costo de estos insumos, el mantenimiento de equipos, las internaciones, y los bajos valores que abonan los financiadores. Esto no solo pone en peligro la sostenibilidad de la práctica médica, sino que también amenaza con agravar el acceso a tratamientos esenciales para los pacientes.