Secretos revelados: la violencia doméstica que sacudió los muros de Olivos

Alberto Fernández protagonizó un episodio de violencia en la Quinta de Olivos que dejó a todos atónitos. Descendiendo del helicóptero presidencial, evitó el chalet y se dirigió a la casa de huéspedes donde vivía su exesposa, Fabiola Yáñez. Pero lo que ocurrió allí fue más allá de una simple discusión. Los gritos resonaron, y el entonces presidente terminó zamarreando a Fabiola, sujetándola del brazo, mientras la madre de ella intentaba intervenir.

El silencio se quiebra

En la Quinta de Olivos, donde la lealtad a la Presidencia y los acuerdos de confidencialidad eran moneda corriente, algo está cambiando. Testigos presenciales, entre ellos un militar aún en actividad y el entonces intendente del predio, han decidido romper el pacto de silencio. El clima hostil que se respiraba allí dentro no podía seguir ocultándose.

El entramado de seguridad

En este escenario, más de 200 personas trabajan diariamente en la Quinta de Olivos. Desde efectivos de la Policía Federal hasta profesionales médicos, cocineros, jardineros y personal de limpieza. Cámaras de vigilancia, sensores láser y custodios mantienen un control riguroso. Pero el dueño de los secretos de esta pareja presidencial es el entonces intendente del predio, Daniel Rodríguez, un expolicía convertido en asistente personal de Alberto Fernández.

A pesar de que ya no se hablaban, Rodríguez mediaba entre ellos. La pareja presidencial comenzó a resquebrajarse durante la cuarentena de 2020, hasta llegar a una separación de hecho: él vivía en el chalet, mientras ella y su hijo compartían la casa de huéspedes.

La fiesta polémica y las amigas de Fabiola

La fiesta de cumpleaños de Fabiola Yáñez en Olivos, en plena cuarentena, generó repudios generalizados. Sin embargo, el abogado Mauricio D'Alessandro sugiere que fue un intento de sus amigas por acompañarla en un momento complicado. Estas amigas conocían los episodios de violencia y la situación de separación entre la pareja. Además, D'Alessandro menciona un problema de alcohol transversal.

Testigos en la sombra

Los posibles testigos que podrían declarar ante el juez federal Julián Ercolini y el fiscal federal Carlos Rívolo incluyen a familiares, amigas, un cocinero asignado a la casa de huéspedes y una mujer que cuidó de la cabellera de Fabiola. Sin embargo, el miedo a represalias laborales y los acuerdos de confidencialidad han frenado su presentación en los tribunales. Los militares, sujetos a la obediencia debida, también enfrentan un dilema moral.

Los empleados civiles de la Quinta también enfrentan preguntas similares. Al ingresar al predio, deben depositar sus teléfonos celulares en un lugar preasignado, en un esfuerzo de la custodia por garantizar cierta privacidad al Jefe de Estado y, de tenerla, a su familia. ¿Aquel que testimonie ante la Justicia sobre lo que vio o escuchó preservará su trabajo o se convertirá en un paria a partir de ese momento?

Sin embargo, algunas de estas limitaciones no aplican a algunos miembros del otrora círculo íntimo de Yáñez. Quienes fueron sus voceros o maquilladores, entre otros, no firmaron acuerdos de confidencialidad, según confirmaron dos fuentes de ese entorno, por separado.

En ese sentido, la actuación de la custodia presidencial y del resto de quienes trabajan en la Quinta de Olivos ya se encuentra bajo la lupa judicial. El partido Republicanos Unidos, que integran el legislador Yamil Santoro y el ministro de Desarrollo Económico porteño, Roberto García Moritán, entre otros, radicó una denuncia por presunto incumplimiento de los deberes de funcionario público que quedó en manos del juez federal Marcelo Martínez de Giorgi.

Dadas las características específicas que rodean a la violencia de género, como también el abuso de menores y otros delitos que el actual ministro de la Suprema Corte bonaerense, Sergio Torres, define como delitos "de sombra" o "de oscuridad", los fiscales Rívolo y González deberán apoyarse en los indicios directos o indirectos que les permitan verificar las afirmaciones de Fabiola Yáñez, quien ya se encontraba embarazada cuando habrían ocurrido algunos incidentes; otros coinciden con la revelación pública de la fiesta de Olivos, entre el 12 y el 13 de agosto de 2021. "Entre ayer y hoy me golpeaste", le recriminó la entonces primera dama al Presidente por esos días.

Asimismo, una de las primeras personas que podría ser convocada a declarar en tribunales sería la otrora secretaria privada de Fernández, María Cantero. Los mensajes de WhatsApp que le envió Yáñez dan cuenta de presuntos episodios violentos, que se complementarían con las imágenes que le envió la propia primera dama. ¿Eso es todo lo que Cantero sabe al respecto?

Colaboradores de Fernández temen lo peor de Cantero. Consideran llamativo que no haya eliminado esos mensajes e imágenes de su teléfono, más aún desde el momento en que ella y su marido, Héctor Martínez Sosa (amigo y acreedor del entonces Presidente), quedaron bajo sospecha en la trama de los brokers de seguro que amasaron fortunas con el sector público. En particular, porque Cantero no era confidente de Fabiola; era una colaboradora de Fernández, de máxima confianza.

Fue el entonces Presidente, sin embargo, quien se colocó contra las cuerdas con los errores y traspiés que cometió en la gestión pública y su vida íntima. "Cualquiera puede leer mi celular, no sé si todos pueden decir lo mismo", chicaneó la entonces vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en julio de 2022. Esa misma noche, incluso los colaboradores de Fernández interpretaron, fuera de micrófono, que el dardo iba dirigido hacia él.