En una noche histórica para los fieles católicos, el municipio de Crato, en el estado de Ceará, ubicado en Brasil, presentó ante una multitud la estatua de la Virgen María más grande del planeta.
El monumento, dedicado a Nuestra Señora de Fátima, alcanza los 54 metros de altura, una dimensión colosal que logra superar al emblemático Cristo Redentor de Río de Janeiro, de 38 metros, convirtiéndose en el nuevo ícono religioso del país vecino.
Fe, música y un récord de altura
La inauguración fue una verdadera fiesta que combinó devoción y espectáculos masivos. Miles de personas se congregaron desde temprano para presenciar la bendición de la imagen y disfrutar de una misa especial seguida de conciertos de artistas religiosos populares, como el padre Fábio de Mello.
Según informó el Gobierno de Ceará, la estructura no solo destaca por su magnitud física, sino por su peso simbólico: busca consolidar a la región del Cariri como un nuevo epicentro del turismo religioso internacional.
La construcción responde a una profunda tradición local de fe mariana, pero también a una estrategia para dinamizar la economía regional mediante la atracción de peregrinos. Con este estreno, Crato se posiciona en el mapa mundial, ofreciendo un monumento que redefine el horizonte de Brasil y desplaza al Cristo del Corcovado en términos de escala monumental, rindiendo un homenaje sin precedentes a la Virgen.