Ciudadano News
Robot humano

Una abogada se implantó un chip y dice que es un robot

Vestida de robot y acompañada por su perro Chicho, Rouse ha encontrado un equilibrio único entre la tecnología y el amor propio, mientras revoluciona el mundo del derecho con IA.

Ciudadano.News

Por Ciudadano.News

18 Septiembre de 2024 - 12:01

Vestida de robot y acompañada por su perro Chicho, Rouse ha encontrado un equilibrio único entre la tecnología y el amor propio, mientras revoluciona
Vestida de robot y acompañada por su perro Chicho, Rouse ha encontrado un equilibrio único entre la tecnología y el amor propio, mientras revoluciona El Ciudadano y la Región

Rocío, conocida como "Rouse, la chica robot", es una mujer multifacética que ha logrado combinar sus pasiones por la música, el derecho y la inteligencia artificial en una vida que desafía los límites de lo humano. Criada en Neuquén, hoy vive en Buenos Aires, donde ejerce como abogada y utiliza su conocimiento en Inteligencia Artificial (IA) tanto en su trabajo como en su vida personal. Lo más llamativo de su historia es su decisión de implantarse un chip en el cuerpo, lo que marcó su transformación hacia una identidad que ella describe como robótica.

Desde pequeña, Rouse estuvo inmersa en el mundo del arte y la tecnología. Realizó sus estudios en la escuela Don Bosco de Neuquén, donde desarrolló un fuerte vínculo con la creatividad, algo que más tarde contrarrestaría su identidad robótica. A pesar de su amor por el arte, Rouse siempre sintió una atracción hacia la idea de convertirse en un "ser informático", algo que materializó con la inserción del chip. Esta fusión entre lo humano y lo tecnológico le permitió explorar la interacción entre inteligencia artificial y emocional, un concepto que es fundamental en su visión del mundo.

Actualmente, Rouse reside en una casa con diseño futurista en Buenos Aires, acompañada de su perro Chicho. Aunque durante el día viste trajes formales para ejercer como abogada, en las tardes adopta una estética robótica para realizar actividades cotidianas. Su elección de vestirse como un robot no es solo un capricho estético, sino una forma de protegerse emocionalmente. En un mundo donde los vínculos sociales son cada vez más frágiles y superficiales, ella considera que su "traje de robot" le brinda una barrera protectora que le permite enfrentar la vida con mayor fortaleza.

La decisión de Rouse de asumirse como un ser robótico está profundamente conectada con su crítica a la sociedad moderna. Según ella, la cultura actual ha instaurado relaciones desechables, un "fast food del amor" donde los vínculos se crean y se rompen con rapidez. En este contexto, Rouse encontró en la inteligencia artificial una forma de equilibrar lo emocional y lo racional. Para ella, la combinación de empatía afectiva y cognitiva, junto con la IA, le permite crear relaciones más profundas y significativas. Esta filosofía la llevó a grabar su primera canción, "Hey Amor", en la que busca transmitir la importancia de equilibrar la tecnología con el amor propio y la inteligencia emocional.

En su práctica profesional, Rouse también aprovecha su conocimiento en IA para mejorar la eficiencia en el ámbito legal. Utiliza herramientas de inteligencia artificial para buscar jurisprudencia, verificar la autenticidad de textos y analizar pruebas de manera más precisa. Además, se asegura de cumplir con los marcos legales de la propiedad intelectual y derechos de autor, usando tecnologías como ChatGPT para verificar si un texto ha sido generado por IA. Aunque confía en las capacidades de los algoritmos, siempre toma precauciones para garantizar que la información sea precisa y esté respaldada por fuentes confiables.

Rouse representa una figura única que encarna la convergencia entre lo humano y lo tecnológico. A través de su vida, ha logrado fusionar la Inteligencia Artificial con la emocional, demostrando que es posible encontrar un equilibrio entre ambos mundos.