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Por qué es importante aplicar neurociencias en la escuela

Los especialistas señalan que uno de los aportes más importantes en la formación de los estudiantes vendrá por el lado de esta disciplina aún en pleno desarrollo

Por Redacción

08 de febrero, 2024 - 07:59

El funcionamiento del cerebro es uno de los grandes misterios y desafíos de las ciencias, y a medida que se avanza en las denominadas neurociencias, y se avanza en el conocimiento, surgen áreas de aplicación en las que se vislumbran notables ventajas. Una de ellas es la educación, y Lorena Bottero, coach, docente y experta en neurociencia, explicó: “La sociedad cambió, evolucionó y nosotros como docentes necesitamos tener otra mirada en la educación que le sea más funcional a estos niños".

 

En su diálogo con por El Interactivo (lunes a viernes, de 12 a 14, por Facebook y YouTube de Ciudadano.News) destacó que “la neurociencia es una ciencia relativamente nueva, que lo que viene a hacer es a explicarnos cómo funciona el cerebro. Y que en realidad, esto que hablamos de la educación no es más ni menos que el órgano que necesitamos para aprender". Por ello, "es importante incluir a la neurociencia a la educación, que estudia el órgano con el cual las personas aprenden".

 

Cambiar el foco

“Para aprender algo necesitamos repetición, pero el tema es cambiar el foco", destacó la especialista. "Creo que muchos años estuvo el docente como el foco de la educación, el que tenía el saber; veíamos el concepto del profesor que llegaba con el libro debajo del brazo porque la información no estaba, no fluía entonces necesitaba a un docente que transmitirá ese saber. Hoy sabemos que la información fluye a un ritmo acelerado, entonces hay que cambiar la óptica. Los niños y adolescentes tienen mucha información y creo que es poco motivante que el docente sea el que se pare enfrente del aula y hable y explique sobre un tema".

Entonces, ese cambio de perspectiva significa que "hoy tenemos que involucrar a los alumnos, que sean ellos los propios constructores de su conocimiento; o sea, cambia el rol del docente, pasa de ser este docente que solo transmitía información a un rol de mediador, de proponer el espacio para que se construya el aprendizaje", precisó Bottero.

 

"Esto no es quitarle protagonismo al docente, es reversionar, es evolucionar, se convierte en un facilitador de experiencias de aprendizaje, pasamos de lo memorístico a que los alumnos empiecen a crear su propio contenido, su propio aprendizaje", indicó, y para ponerlo más claro de cómo ingresa en el aula, destacó: "Hablamos de aprendizaje por proyectos; que ellos propongan alguna inquietud, algo para resolver y que dentro del aula se trabajen espacios colaborativos para solucionar ese problema. Entonces el docente tiene que estar ahí monitoreando y generando estos espacios. Entonces cuando el alumno se siente constructor de su propio aprendizaje es ahí donde ese aprendizaje empieza a tener significado".

 

Aula invertida

“Esto del aula invertida, que se viene hablando hace mucho, es como lo dice la palabra, pasar de esto, del rol del docente que va a dar una cátedra, sino que se envía información a los alumnos a través de la tecnología, donde lo que tienen que hacer es leerlo, es experimentarlo en su casa y después traer a la escuela todo ese aprendizaje para debatir, construir, para practicar, fíjate cómo cambia la óptica del aula", remarcó la coach, y además dejó otra pista: "la estructura del aula tiene que cambiar, porque si decimos que está bueno trabajar en un aula invertida, en un trabajo colaborativo, en un proceso de investigación, de nada sirve llegar al colegio y tener a los alumnos sentados uno atrás del otro. Hay que experimentar y lo bueno sería que el mobiliario del colegio se adapte a las actividades del profesor; puede ser en grupos y eso hace que uno pueda mirar al otro a la cara, pueda debatir, o sea, no es solo el cambio del profesor, sino de todo un sistema educativo que tiene que cambiar para poder llevar adelante esto".

 

“Lo que tenemos que fomentar en los chicos es que ellos aprendan a discernir, a poder expresarse, esto que investigaron, que lo puedan poner en palabras. Hay que cambiar esto, de lo memorístico a la construcción. La inteligencia artificial es bárbara, sirve para tener información, ¿pero ayuda a pensar? ¿Cómo se implementa?", se preguntó, incluyendo en el debate un tema tan presente y desafiante.

“Soy docente con 26 horas cátedras, estoy mucho en el aula con los chicos y creo que este cambio se puede dar, inclusive en los últimos tiempos estoy recibiendo consultas de muchos colegios porque se dan cuenta que algo hay que cambiar en la educación", agregó, y completó: "a mí lo que me preocupa es que siempre la educación queda para lo último, y creo que hay que darle una vuelta de rosca muy importante. Hay colegios que se dan cuenta que la educación va por otro lado, y empiezan a implementar cambios. Soy optimista, hay muchos colegios que empiezan a trabajar sobre la neurociencia, la educación emocional y esta nueva mirada en la educación que es sumamente importante”.

 

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