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El chisme, antiguo como el mundo

Hablar de los demás, ¿está bien o está mal? Aquí te lo contamos y te vas a sorprender

Los expertos han definido algo que a muchos inquieta: ¿es bueno o es malo participar del chismorreo?

Redacción

Por Redacción

4 Septiembre de 2024 - 12:09

Hablar de los demás, ¿está bien o está mal? Aquí te lo contamos y te vas a sorprender

Que a la gente le encanta el chisme no es una novedad. El chismorreo es una conducta humana común que ha existido a lo largo de la historia, y aunque a menudo se lo considera negativo, también puede tener aspectos positivos.

Así lo entendió en la década de 1960 el National Enquirer, que cambió los titulares sangrientos y horripilantes por otros que brindaban información sobre los escándalos de celebridades. El cambio le dio al periódico acceso a las filas de pago de los supermercados y a las "mentes inquisitivas" de quienes estaban en ellas.

Y esto, ¿por qué es así? Indudablemente, porque los famosos son idealizados y envidiados y su intimidad resulta atractiva

Pero los científicos sociales han descubierto que todos estamos programados para prestar atención a los chismes y también para participar en ellos. De hecho, es una adaptación evolutiva: echar a rodar chismes se ha convertido en parte de la naturaleza humana.

ser chismoso tiene efectos positivos
Aunque para algunos ser chismoso tiene efectos positivos, se debe participar con cuidado. (Foto: web)

La mayoría de los investigadores definen los chismes como "hablar de alguien que no está presente y compartir información que no es ampliamente conocida". Y también alientan su práctica, aunque ya desde tiempos remotos somos expertos en ellos: una persona promedio pasa 52 minutos todos los días haciendo exactamente eso, según aseguran los expertos.

Lo que está bien

Analizando por qué esta bien participar en los corrillos del chismorreo, se descubrió que eso nos permite conectarnos con nuestro entorno social a través de la empatía y la curiosidad, y al compartir información sobre la vida de los demás, podemos sentirnos más cerca de ellos y fortalecer nuestras relaciones.

También puede proporcionarnos información valiosa al saber qué está sucediendo en la vida de los demás, y así podemos tomar decisiones informadas y evitar situaciones complicadas.

Por otra parte, el chismorreo puede ser una forma de apoyo emocional dado que al compartir nuestras preocupaciones y sentimientos con los demás, podemos recibir consejos y comprensión.

También puede fomentar la cohesión social al crear un sentido de comunidad y pertenencia. Al compartir información y secretos, podemos sentirnos parte de un grupo y fortalecer nuestros lazos sociales.

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Al chismorrear se debe distinguir con honestidad lo que está bien y lo que está mal. (Imagen: web)

También puede ser una forma de entretenimiento, ya que al compartir historias y anécdotas, podemos disfrutar de un momento de diversión y relajación.

Sin embargo, resulta importante destacar que, para que tenga aspectos positivos, los chismosos consuetudinarios debemos practicarlo de manera responsable y respetuosa, no difundir información falsa, no dañar la reputación de los demás y no abusar de la confianza.

Lo que está mal

Pero como en toda participación humana en la sociedad, el chismorreo también puede tener aspectos negativos, como difundir rumores e información falsa, dañar la reputación de los demás, fomentar la falta de confianza y la desunión y consumir tiempo y energía de manera improductiva.

A pesar de esto, participar de un chisme es una parte natural de la condición humana, dado que nuestro cerebro está diseñado para buscar información social y conectarnos con los demás. Es decir, el chismorreo es una forma de satisfacer esta necesidad.

Se dice que vale más caer entre las garras de los buitres que en las manos de los chismosos, pero sin embargo, como hemos visto en esta nota, es una forma natural de comunicación social que nos permite conectarnos con los demás y compartir información.

Practicado con moderación y responsabilidad, el chismorreo es una parte inherente de la condición humana.