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Fanático del anime, ahora se dedica a modelar figuras de tamaño gigante

Albano Álvarez es chileno radicado en Argentina. Sus trabajos se imprimen en 3D para luego ser montados. Tiene clientes de Estados Unidos y China que pagan fortunas por su trabajo

Por Redacción

07 de junio, 2023 - 12:46

Tenía apenas 15 años cuando, en su Chile natal, empezó a interesarse por la cultura japonesa del anime. La versión nipona del cómic lo atrapó y, veinte años después, pudo darse el lujo de trasladar el dibujo a lo corpóreo. Albano Álvarez –de él se trata– se dedica a la escultura digital, una actividad que implica mucho más que simplemente crear figuras.

 

Álvarez vive desde hace más de diez años en Bariloche, y el Shopping Patagonia, ubicado en esa ciudad rionegrina, tiene una escultura que asombra por su tamaño. Se trata de Gokú, personaje de Dragon Ball que en este caso nació de la habilidad del artista para plasmarlo en la realidad.

"Yo hago la escultura en la computadora y vendo el modelo a quien quiera imprimirlo”, explicó al diario local El Cordillerano, y agregó que “es como una escultura tradicional, solo que en vez de en un material como la plastilina, lo hacés en la computadora, con un lápiz y una pantalla”.

El diseñador sigue la carrera de Ingeniería Electrónica en la Universidad de Río Negro, y con esa formación se dedica a hacer esculturas digitales que, luego, se convierten en muñecos. "Todo empezó con la curiosidad que me generaron las impresoras 3D. Un día me compré una y empecé a ver tutoriales, bucear en YouTube, y allí encontré la veta que andaba buscando. Quería ser escultor digital", detalla Álvarez.

El proceso para que semejante escultura estuviera presente en el centro de compras barilochense va más allá de, simplemente, fabricar una figura. "Lo que hago es parecido al modelado que se hace para la arquitectura, pero llevado un poco más allá en un modo orgánico". Y el resultado tiene eco más allá de los límites de nuestro país.

 

Clientes de Estados Unidos, Japón y China lo contactan para realizarle encargos. "La mayoría son particulares que tienen impresoras 3D y quieren poseer una figura que no existe en el mercado, y que es difícil de llevar a la realidad. Los chinos y los japoneses son los que más compran modelos, sobre todo de los que no son difíciles de fabricar, y luego hacen copias para vender", explicó.

 

Cómo se hizo el Gokú gigante

En los tiempos de la pandemia, Álvarez tenía tiempo disponible de más. Contaba con una impresora 3D, pero se le ocurrió armar una un poco más grande para realizar piezas de un tamaño mayor. "Quería hacer algo distinto", contó, "y así nació Gokú, que ahora está en el Shopping Patagonia".

 

El muñeco no surgió con intención de ser vendido, pero en su casa no había lugar para lucirlo como corresponde y aceptó la propuesta de ofrecerlo al centro de compras de Bariloche. "Antes, mis amigos iban a mi casa para sacarse fotos, ahora van al shopping", bromea el artista. 

La obra de Álvarez es la muestra concreta de que una actividad hecha por gusto, como un hobby, puede convertirse en una excelente salida laboral.

El Gokú gigante de Bariloche es testigo de esto. Y el futuro está ahí, a la vuelta de página de un libro de anime.