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Confirmado: hay una fobia que impide confiar en los demás

Se llama pistrantrofobia, y es un trastorno muy común que afecta a las relaciones sociales y de pareja, y altera el estado de ánimo. Cómo saber si la padecemos

Por Redacción

09 de febrero, 2024 - 15:30

Nadie duda de que las relaciones interpersonales son esenciales para nuestra vida. Sea de amistad, laboral o de pareja, una relación social es un aspecto vital para la calidad de vida propia, y es clave saber sostenerlas para comunicarnos con los demás, expresando sus deseos, necesidades e inquietudes. Y para eso hace falta tener confianza y, mal que nos pese, hay una fobia que nos impide generar y potenciar esa virtud.

Hay gente que tiene dificultades para comunicarse y sufre de ansiedad social, pero hay otras personas que no lo padecen, e igualmente les cuesta comunicarse. Esto se debe a una desconfianza hacia los demás, que recibe el nombre de pistantrofobia: miedo irracional e intenso a confiar en los demás, o a abrirnos en las relaciones sociales.

Como toda fobia, la pistantrofobia está acompañada de un nivel elevado de ansiedad, malestar e inquietud. Por eso, la persona que lo sufre evita mantener relaciones sociales estrechas en las que tenga que abrirse demasiado o confiar, por lo que se muestra distante o poco comunicativa, y ofrece una imagen fría o antipática.

Este trastorno se puede dar en todos los ámbitos sociales, pero se hace más grave e importante en las relaciones de pareja, ya que ahí interfiere de mayor manera. Y para saber si alguien cuenta con estas características, es conveniente prestar atención a estos detalles:

  • No profundizan en las relaciones, se alejan, o ponen distancia
  • Esperan poco de los demás
  • Piensan que la gente los puede traicionar o decepcionar
  • Se sienten incómodos con los compromisos en las relaciones, por lo que evitan amigos y parejas
  • Hablan poco de sus preferencias, como protección para que los demás lleguen a conocerlas
  • La comunicación no verbal es distante: ríen poco, sus gestos son rígidos, se cruzan de brazos, evitan mirar a los ojos
  • Se sienten incómodos cuando se les pregunta por aspectos personales
  • Sus conversaciones son sobre temas que no son personales
  • Temen ser rechazados

Consecuencias en las relaciones

Tener un poco de cuidado con las relaciones sociales, y evitar abrirnos ante cualquier persona, se considera normal y es una actitud adaptativa.

Pero cuando este miedo es irracional o intenso, puede interferir significativamente en nuestras relaciones con los demás y generar un malestar emocional. Las consecuencias de la pistantrofobia se refleja en lo social, pero también en lo emocional.

A nivel social

El miedo irrefrenable a volver a confiar en los que nos rodean afecta negativamente en todas nuestras relaciones: sociales, familiares, laborales y sentimentales. 

A nivel emocional

En el área de pareja es donde estas características están más acentuadas, ya que hace imposible mantener una relación de sentimental por la falta de confianza, que es indispensable en este tipo de relaciones. 

Las relaciones sociales se basan en la circularidad, por lo que si le contamos a una persona nuestras inquietudes, esta hará lo mismo con nosotros creando así un clima de confianza entre ambos. Sin embargo, si una persona comienza a confiar en nosotros y no obtiene respuesta, la relación no evoluciona correctamente y acaba por bloquearse.

 

Consejos para superar la pistantrofobia y volver a confiar en los demás

  • Regular las expectativas en relación con los demás: es una oportunidad para liberarnos y disfrutar en un marco de comprensión emocional saludable. Para favorecer este ambiente hay que aportar algo de nosotros mismos para comprobar cómo las recibe el otro y animarlo a que también nos hable de sus inquietudes.
  • Asumir la incertidumbre y el riesgo: Es muy difícil asegurarnos de que en las relaciones sociales la otra persona vaya a actuar como a nosotros nos gustaría y por eso algunas personas se alejan o evitan profundizar en ellas. Es clave tolerar esta incertidumbre, sabiendo que es importante que tú actúes de una manera cercana o razonable para el tipo de relación que deseas mantener.
  • Ir de menos a más: no hace falta que sintamos una conexión o cercanía inmediata; las relaciones se van construyendo de a poco. Por ello, comenzar hablando de nosotros, pero sobre aspectos no demasiado íntimos y, poco a poco, si observamos una buena reacción en el otro, ampliar el margen de confianza.
  • Emplear un estilo de comunicación asertivo: expresar nuestra opinión, necesidades y deseos, asumiendo que la otra persona tiene los suyos e, incluso, pueden chocar con los nuestros y debemos respetarlos.
  • Hablar en primera persona: utilizar expresión como ‘en mi opinión’, ‘yo creo’, ‘para mí...’, ayudará a no parecer impositivo en la expresión de nuestras emociones y disminuirá la probabilidad de que nos evalúen de forma negativa.
  • Sonreír, mostrarnos cercanos: la sonrisa es un conector social importante que nos ayudará a relajarnos en las relaciones sociales.
  • Ser flexibles: la relación social no fluye de manera constante. Comprobaremos que hay ocasiones en las que podemos sentirnos más conectados que otros con la misma persona. Esto es debido a que las relaciones con los demás también están influidas por nuestros estados emocionales.
  • Interesarse por los demás: para conectar con otras personas es necesario que nos importe e interese la gente. Pensar en lo que hay detrás de esas vidas, en lo que pueden aprender y nos pueden aportar.