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Martina Flores Casado, Reina de San Martín

"Me preocupa el pensamiento egoísta de la gente"

05 de marzo, 2019 - 08:43

En las fiestas de disfraces de su infancia, para Martina no había mejor disfraz que el de reina. Para ello, hasta se conseguía una banda con el título de soberana, pero no imaginaba que años después iba a portar los atributos departamentales y que esos iban a ser verdaderamente ‘reales’.

Martina tiene 18 años y mientras cursa el preuniversitario de la carrera de Medicina recuerda su paso por el colegio Nuestra Señora del Líbano, de San Martín, lugar que la formó, pero también que la vio ingresar como una pequeña niña y egresar siendo una mujer. 

La joven, que divide su tiempo entre la lectura, la música –en especial si es rock nacional–, algunos deportes y la cocina, vive con su familia conformada por su papá y sus dos hermanos más chicos. “Quisiera mantener a mi familia siempre unida”, dice a modo de anhelo, cuando le pedimos que piense en sus mayores deseos. Sus afectos representan lo más valioso y lindo que tiene, por eso la admiración profunda a su abuela y a su papá como dos pilares fundamentales en su vida.

Vendimia

Con un nombre, que bien podría ser el título de una novela épica, se llevó a cabo la fiesta de San Martín, donde Martina se quedó con la corona departamental por una mínima diferencia. Vendimia de la memoria y el fuego evocó, con casi 400 artistas en escena, ese asado de fin de cosecha donde absolutamente todos los eslabones involucrados en la Vendimia festejan el sacrificio, el esfuerzo y, por sobre todo comparten el resultado final luego de un año de trabajo.

Esta bella soberana representó al distrito El Divisadero, en la fiesta en la que estuvo “relajada y tranquila” para poder disfrutarla desde el principio hasta el fin. La flamante soberana cuenta que para ella todo fue muy emotivo, alegre y que culminó casi como un sueño: “No podía creer lo que estaba viviendo cuando escuché que me nombraron y todos vinieron a abrazarme y felicitarme”, dice acerca del momento en el que esos atributos que usaba de pequeña en las fiestas de disfraces se transformaron en la ilusión de sus coterráneos. 

“La Vendimia nos gusta porque es una tradición donde se reconoce el trabajo vitivinícola, pero también un tributo a la mujer”, dice la mendocina que elige Instagram por sobre las demás redes sociales para compartir fotos en internet.  

Martina se siente la embajadora de ese trabajo y del vino a nivel departamental y espera que esa tradición que nos une no se pierda nunca. “A mi pueblo le pido que recorra el departamento, que conozca cada uno de los lugares que tenemos en los distritos porque hay sitios realmente hermosos”.

A la hora de hablar de roles de hombres y mujeres, la reina es tajante con su opinión: “No tiene que haber un rol específico de cada uno, sino que todos pueden cumplir la misma función por igual”, asegura quien reconoce que ni hombres ni mujeres deben ser encasillados o etiquetados dentro de un rol determinado, mucho menos impuesto. 

Martina celebra el empoderamiento de las mujeres a la hora de hacer valer sus derechos. Considera que la mujer no está tan relegada como sí lo estaba tiempo atrás y sí le preocupa que “haya mujeres que todavía no se animen a hablar y que no se sientan acompañadas por el resto”. Más allá de eso reconoce la fortaleza de las mujeres de su tierra: “Las sanmartinianas somos muy fuertes, por eso les pido que no dejemos de luchar por lo que queremos”

Si bien Martina representó a El Divisadero, una pequeña localidad al Norte de su departamento, que le debe el nombre a que en la antigüedad los médanos ofrecían una vista privilegiada para ‘divisar’ todo el territorio a los lejos. Mientras se promocionó como reina de ese terruño, tuvo la posibilidad de conocer el resto de los distritos de su San Martín y eso le da la pauta de que “muchas veces nos quejamos de cosas mínimas cuando hay gente que tiene necesidades más grandes”, explica la chica a quien le preocupa mucho el egoísmo con el que se vive actualmente en la sociedad sin mirar a los demás. 

Es posible que esa visión más solidaria de la vida la haya aprendido en el colegio que la vio crecer y  cuenta que, en varias oportunidades, se organizaban con sus compañeros y docentes para ayudar a fundaciones que trabajaban con los más desprotegidos, como es el caso de Conin, institución a la que le gustaría seguir ayudando ahora como una figura pública y reconocida en el Este provincial.

Así es Martina

  • Edad: 18 años.
  • Color de cabello: castaño.
  • Color de ojos: verdes.
  • Estudios: preuniversitario de Medicina.
  • Representó a: El Divisadero.

Dirección periodística: Lourdes Di Silvestri

Producción general: Lourdes Oliva

Fotografía: Delfo y Emmanuel Rodríguez

Edición: José Urrutia