El Gobierno enfrenta una encrucijada muy difícil: no están dadas las condiciones para levantar el cepo, porque una salida masiva hacia el dólar pondría en riesgo la cotización, la baja de la inflación y el equilibrio de cuentas, pero mantenerlo hace que las inversiones sean imposibles, y la salida de la recesión casi imposible.
La respuesta, o una de ellas, pasaría por un nuevo acuerdo con el FMI para obtener financiamiento fresco que permita levantarlo y el Gobierno se esperanza en que se pueda acordar antes de fin de año, mientras promete que nunca dejará de pagar los compromisos, negando la posibilidad de defaultear.
Según voces con llegada al equipo económico, el ministro de Economía, Luis Caputo, tiene la idea y la esperanza de levantar el cepo en el primer trimestre del 2025, para lo que el nuevo acuerdo con el FMI es imprescindible, y la razón de no expresarlo es no llamar a especulaciones, sobre todo de parte de los que se dedican a exportaciones e importaciones, aunque sabe que las inversiones no despegarán si no se eliminan las restricciones cambiarias, y vienen en caída libre como puede leerse en otra nota de este diario, que muestra los números proporcionados por la consultora de Orlando Ferreres (https://ciudadano.news/economia/la-fuerte-caida-inversion-pone-signos-pregunta-sobre-recuperacion-economica-n84005).
Si para entonces hubiera dólares del Fondo, alguna recuperación económica y una buena cosecha de soja podrían sacarse las retricciones, y desde los círculos ligados a la economía se supone que será en etapas, y mientras se irán soltando más dólares a las empresas que necesiten insumos importatos.
El próximo paso en septiembre, es bajar la alícuota del impuesto PAIS, prometida por Milei y Caputo, y que fue ratificada por el ministro en la reunión con la cúpula de la Mesa de Enlace, en su visita a la Rural, donde reconoció que las retenciones son "muy malas" pero les pidió un poco más de paciencia a los hombres de campo.