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Le mutiló los genitales a su expareja y aceptó una condena de 7 años

Además la mujer deberá pagar una indemnización por las secuelas físicas y psicológicas ocasionadas

Por Redacción

09 de abril, 2024 - 16:43

Una mujer, acusada de mutilar el órgano genital de su expareja y jefe en el bar donde ambos trabajaban, aceptó este martes una condena de siete años de prisión, así como el pago de una indemnización de 250.000 euros a la víctima por las secuelas físicas y psicológicas ocasionadas.

Durante el juicio celebrado en la Audiencia de Barcelona, la acusada, enfrentando inicialmente una solicitud fiscal de diez años de cárcel, alcanzó un acuerdo con la acusación particular y el ministerio público para reducir su pena a siete años, de los cuales cumplirá cinco, considerando los dos años que ya había pasado en prisión preventiva. Además, se comprometió a realizar el pago de una indemnización.

Los hechos ocurrieron el 31 de mayo de 2021, cuando la víctima se dirigió a uno de los bares que regentaba en la localidad barcelonesa de Sant Andreu de la Barca, donde la agresora trabajaba.

Según la versión presentada por la Fiscalía, la mujer sugirió realizar sexo oral al hombre, quien se recostó en un sillón mientras la acusada le vendaba los ojos. En medio del acto, y aprovechando la vulnerabilidad de la situación, la mujer empuñó un cuchillo y le seccionó el pene.

Inicialmente, la acusada negó los hechos al ser interrogada por la fiscalía, pero más tarde, tras consultar con su defensa legal, admitió su culpabilidad, requisito indispensable para alcanzar un acuerdo de conformidad con las acusaciones.

La víctima relató que en el momento de los hechos había rechazado tener relaciones sexuales con su entonces pareja, pero cedió ante la persuasión de la acusada, quien, en un aparente gesto cariñoso, lo convenció. Tras un breve acto de sexo oral, la acusada le cubrió los ojos con un paño, pretextando vergüenza, y perpetró la mutilación.

Como resultado del ataque, la víctima sufrió la amputación completa del pene, a dos centímetros de su base. Aunque se intentó reimplantar en una operación de emergencia en el hospital, el procedimiento no tuvo éxito.

El testimonio de la víctima reveló las secuelas físicas y emocionales que debió enfrentar desde entonces, incluyendo la imposibilidad de tener relaciones sexuales, problemas urinarios y dolor crónico, por lo que aguarda una prótesis que pueda mejorar su calidad de vida.

La sentencia de conformidad incluye la prohibición a la agresora confesa de acercarse a la víctima a menos de 250 metros o comunicarse con él después de 10 años después de cumplir la pena.

Lugar donde se produjo el incidente