Ingenio criminal: Una paloma mensajera transportaba un teléfono a una cárcel

En la localidad de Coronda, Santa Fe, una paloma mensajera se convirtió en el centro de atención al no poder remontar vuelo debido a la carga que llevaba atada a sus patas: un teléfono móvil. 

La escena insólita ocurrió cerca de la Unidad Penitenciaria N°1, la segunda cárcel más grande de la provincia, donde los vecinos observaron al ave intentando despegar sin éxito. Al investigar, descubrieron que la paloma portaba un celular, lo que llevó a sospechar que los presos habían contratado a un colombófilo para introducir objetos prohibidos como drogas y teléfonos móviles al penal.

La implementación de palomas mensajeras para contrabandear objetos en la cárcel es una respuesta a los estrictos controles que se han establecido en las penitenciarías de Santa Fe. Los métodos tradicionales, como el ingreso de objetos a través de las visitas, conocido en la jerga carcelaria como "bagayos", se han vuelto prácticamente imposibles debido a la vigilancia intensificada. En consecuencia, los reclusos han recurrido a métodos más creativos y antiguos para evadir las medidas de seguridad.

El Ministerio de Seguridad de Santa Fe, desde que inició su gestión, ha estado al tanto de estas tácticas inusuales. Fuentes de la cartera señalaron que la cárcel de Coronda albergaba una considerable población de palomas mensajeras. Incluso se realizaron operativos específicos para confiscar estas aves, liberándolas a kilómetros de distancia para evitar que regresen al penal. Sin embargo, este método de contrabando persiste, con guardias y vecinos observando diariamente palomas que llevan celulares y drogas hacia la prisión.

El lunes, los vecinos de Coronda notaron a una paloma con dificultades para volar, alertando a las autoridades. Alrededor de las 17 horas, llegaron patrullas del Comando Radioeléctrico y de la policía Motorizada. Al inspeccionar la escena, los agentes encontraron al ave exhausta y temerosa, con un teléfono móvil atado con cinta a sus patas. Tras liberar a la paloma de su carga, la policía confiscó el teléfono para su análisis. No se ha determinado aún a quién iba dirigido el mensaje.

A finales de abril, en la misma localidad, una paloma fue encontrada con un paquete atado a sus patas, esta vez conteniendo marihuana. Guardias del Instituto Correccional Modelo U1 "Dr. César Tabares" detectaron al ave cerca de uno de los portones de acceso. La carga, 61,8 gramos de cannabis prensado, impidió que la paloma volara adecuadamente. El fiscal Raúl Nessier ordenó el secuestro de la droga y la revisión de las cámaras de seguridad para identificar a posibles cómplices.

El uso de palomas mensajeras para el tráfico de drogas y otros objetos en las cárceles no es nuevo. En Rosario, el mito de las palomas mensajeras narco surgió en 2017, asociado con la banda de Los Monos. Durante un operativo en el barrio La Granada, la policía encontró un túnel y palomas mensajeras, supuestamente utilizadas por el fundador de la banda para comunicarse. Aunque esta versión nunca se confirmó oficialmente, en años posteriores, más palomas mensajeras fueron confiscadas en propiedades vinculadas a la banda.

El hallazgo de palomas mensajeras cargando teléfonos y drogas subraya la creatividad y persistencia de los reclusos para evadir las medidas de seguridad. A pesar de los esfuerzos por detener estos métodos, el desafío continúa. Las autoridades siguen luchando contra estas tácticas, reconociendo que la innovación en el contrabando dentro de las cárceles es una batalla en constante evolución. Mientras tanto, las palomas mensajeras siguen siendo un símbolo de la ingeniosa resistencia dentro del sistema penitenciario.

Con información de La Nación