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Una mendocina en Italia: "irme es llevarles un problema a mi familia"

Una de las grandes embajadoras que tiene el deporte mendocino es Carolina Sánchez. Juega al básquet en ese país y nos cuenta como se vive.

18 de marzo, 2020 - 18:12

Una de las grandes embajadoras que tiene el deporte mendocino es Carolina Sánchez, quien durante muchos años fue la capitana y emblema de la Selección argentina femenina de básquetbol.

La jugadora surgida en Murialdo, y con una extensa trayectoria, está jugando en el club Magnolia Campobasso de esa ciudad italiana, que se desempeña en la Serie A-2 y dirige la categoría U13 de varones.

Todo marchaba perfecto, hasta que el coronavirus pegó fuertemente a Italia. Y hasta el día de hoy que siguen aparenciendo números alarmantes de contagio y sobre todo muertes. En comunicación telefónica, Carolina dio detalles de como es la vida en esa pequeña ciudad del centro del país y los cuidados que deben mantener.

"Yo gracias a Dios estoy muy bien, junto a Federica Del Bosco, que es otra chica de Mendoza que se sumó al equipo hace poco. Por suerte hemos tomado las precauciones a tiempo y eso nos permite estar bien", comenzó la oriunda de Guaymallén.

"El campeonato se suspendió hace dos semanas y nosotras llevamos una en cuarentena obligatoria, no porque estemos contagiadas, sino porque el gobierno decretó que todos tenemos que estar dentro de nuestras casas", agregó.

"Esto se tomó algo liviano al principio, como que no iba a producir el daño que se desató. Con el paso del tiempo todo fue cambiando, hasta que el gobierno empezó a tomar medidas extremas. Al principio se subestimó todo esto, creyendo que era sólo una cosa de China", reconoció.

Sobre como es la vida en cuarentena, Caro manifestó: "El club decidió que dejáramos de comer en restorants y ya nos estamos cocinando en el departamento porque obviamente están suspendidas todas las actividades deportivas. A los supermercados podemos ir dos en el auto (uno adelante y otro atrás) y sólo uno puede ingresar a comprar. Por ahora tenemos comida y cuando llegue el momento veré si salgo yo o hablaré con el club para que nos traiga comida".

"Somos casi todas de afuera las chicas que jugamos en este equipo, no hay ninguna que sea oriunda de Campobasso. Cuando esto estalló veníamos de un fin de semana libre y de repente nos obligaron a meternos en las casas", adujo. 

"El club se comportó de la mejor manera y nos brindó la posibilidad de volver a casa, con todos los riesgos que eso conlleva, pero yo tomé la determinación de quedarme acá. Ir en este momento para allá es llevarle un problema a mi familia. Tengo mi mamá que tiene 74 años y mis sobrinos. No lo dudé un segundo y pensé mucho más en ellos que en mi", afirmó entre lágrimas y la voz entre cortada.

"Era mi último año como jugadora y estaba muy ilusionada en terminarlo con un ascenso era fantástico. Además a mi edad me siento muy bien físicamente y de hecho el club quiere que me quede un año más, pero bueno no me esperaba todo esto y ojalá pase rápido para que podamos luchas por el ansiado ascenso", se ilusionó una de las mejores jugadoras de basquet en la historia argentina.

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