Un desprendimiento de hielo gigantesco en la Antártida sorprende al mundo
Según los datos de numerosos científicos, se trata de un fenómeno inusual que ha dejado perpleja a la comunidad de investigadores
Por Redacción
El continente blanco ha sufrido un desprendimiento masivo y récord de hielo marino en lo que va del año, según datos del estadounidense Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC, por sus siglas en inglés).
Se trata de un fenómeno inesperado que ha sorprendido a los científicos, ya que la superficie antártica suele alcanzar su punto más bajo a fines de febrero y aumentar durante el invierno. Sin embargo, este año se encuentra en su nivel más bajo desde que comenzaron los registros hace 45 años.
La cantidad de trozos que se han desprendido en lo que va de este año, si se unen, tienen la misma superficie que el territorio argentino, por lo que la alarma se ha profundizado en el mundo entero.
El hielo marino tiene un papel fundamental para la Antártida y el planeta, ya que cumple varias funciones ecológicas y climáticas. Por un lado, refleja la luz solar, lo que ayuda a mantener baja la temperatura de la superficie y a evitar el derretimiento del manto de hielo. Por otro lado, regula el intercambio de calor entre el océano y la atmósfera, lo que influye en la circulación oceánica y los patrones climáticos globales. Además, proporciona un hábitat para diversas especies como pingüinos, focas y krill.
Florence Colleoni, glacióloga del Instituto de Oceanografía y Geofísica Experimental (OGS) de Trieste, Italia, advirtió que aunque no es momento para el alarmismo, la situación debe ser vigilada, también aprovechó para destacar el papel de la contaminación y el calentamiento global, que amplifican el impacto de ciertos fenómenos y como no dejó de señalar que hay que invertir dinero en energías alternativas.
“El océano se ha calentado de manera acelerada, pero estamos subestimando esta velocidad. Todavía no sabemos cuál es la influencia del calentamiento global, pero ciertamente amplifica el impacto de algunos fenómenos”, manifestó Colleoni.
¿Qué causas explican la pérdida de hielo marino en la Antártida?
La situación responde a múltiples factores, tanto naturales como antropogénicos, entre los factores naturales se encuentran los cambios en la circulación atmosférica y oceánica, las oscilaciones climáticas como El Niño y La Niña, y los procesos físicos como la fusión basal, el crecimiento termal y la compactación dinámica. Entre los factores antropogénicos se encuentran el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, la reducción de la capa de ozono y la contaminación por aerosoles.
La pérdida de masa en la Antártida se puede observar mediante diferentes fuentes de información, como las mediciones satelitales, las observaciones in situ y los modelos numéricos. Según los datos del NSIDC, el hielo marino antártico está alrededor de 1,6 millones de kilómetros cuadrados por debajo del récord anterior de invierno establecido en el 2022. A mediados de julio, el hielo marino de la Antártida estaba 2,6 millones de kilómetros cuadrados por debajo del promedio de 1981 a 2010. Esa es un área casi tan grande como Argentina o las áreas combinadas de Texas, California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah y Colorado.
La pérdida de hielo marino en la Antártida tiene implicaciones negativas tanto para el continente blanco como para el resto del mundo. Por un lado, afecta al balance energético y al ciclo hidrológico de la región, alterando el clima local y regional. Por otro lado, impacta en la biodiversidad y la productividad de los ecosistemas marinos, poniendo en riesgo la supervivencia de muchas especies. Además, contribuye al aumento del nivel del mar y al retroceso de las plataformas de hielo flotante.
Además, este fenómeno está estrechamente relacionado con el cambio climático, en un contexto de calentamiento global, el aumento de la temperatura a altas latitudes es más fuerte que el aumento de la temperatura media global. El aumento de la temperatura cerca de la superficie contribuye a la fusión del hielo, lo que reduce la capacidad de reflejar la luz solar, lo que a su vez aumenta la temperatura y acelera la fusión.
Para frenar el fenómeno es imprescindible reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, cumplir con los acuerdos internacionales sobre el cambio climático y proteger la capa de ozono. Asimismo, es fundamental invertir en investigación científica, monitorear los cambios en el hielo marino y desarrollar modelos climáticos más precisos.