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Polémica abierta

¿Por qué los mozos necesitan propina y otros trabajadores no?

La digitalización de las propinas reveló una serie de tensiones subyacentes sobre la equidad laboral, la responsabilidad empresarial y el verdadero significado de este gesto.

Fernando García

Por Fernando García

15 Agosto de 2024 - 10:15

El mozo y la propina.
El mozo y la propina. Freepik

La entrega de propinas siempre fue un tema espinoso. Por un lado, representa un reconocimiento al buen servicio, una gratificación que muchos empleados esperan como complemento esencial a sus ingresos. Sin embargo, la falta de regulaciones claras y la variabilidad en la generosidad de los clientes generan descontento y desigualdades. Además, existen preocupaciones sobre la gestión de estas propinas, especialmente en establecimientos donde no siempre se garantiza que el dinero llegue a las manos correctas.

Muchos trabajadores han denunciado prácticas poco transparentes y hasta abusivas por parte de algunos empleadores, quienes en ocasiones retienen una porción significativa de las propinas o las distribuyen de manera arbitraria. Este conflicto lleva a una creciente demanda de mecanismos que aseguren una distribución justa y equitativa.

Antes de que finalice el año, los argentinos podrán dejar propinas de forma digital en restaurantes, por una reciente medida del Gobierno que establece que los comercios gastronómicos, hoteleros y afines deben habilitar el pago de propinas a través de tarjetas de crédito, débito y billeteras virtuales. Esta iniciativa, que busca alinearse con las prácticas globales, fue bien recibida por gran parte del sector.

Sin embargo, no todos celebran esta iniciativa. Algunos sostienen que la digitalización de las propinas podría generar una presión indebida sobre los consumidores, quienes podrían sentirse obligados a dejar una propina, dado que el proceso se vuelve más visible y automático. Además, existe el temor de que los empleadores puedan usar esta herramienta como excusa para desentenderse del salario justo, esperando que las propinas compensen los ingresos de los empleados.

Opiniones y polémicas

El debate sobre la propina en las redes sociales, revela una profunda división en la opinión pública, especialmente en relación con la dignidad laboral y la responsabilidad de los empleadores en el sector gastronómico. Una de las principales críticas es que los sueldos del personal gastronómico deberían ser, como mínimo, "dignos y suficientes para garantizar una vida decente".

"La propina es la manera que tienen los empresarios de justificar los sueldos miserables que les pagan a sus empleados y de evadir impuestos", comentó un usuario de la red social Reddit, señalando que esta práctica es indignante cuando se vuelve imprescindible para que los trabajadores lleguen a cobrar lo necesario para no caer en la indigencia, a pesar de estar empleados formalmente.

Otros comentarios reflejan la frustración hacia la percepción de que los clientes deben compensar las deficiencias salariales impuestas por los dueños de los restaurantes. "Si me van a obligar a pagar 'propina', que la incluyan en la factura de compra y paguen los impuestos sobre eso", sugirió otro usuario, subrayando la importancia de la formalidad y la transparencia en las transacciones. Este sentimiento de resistencia se refleja también en quienes ven la propina como un gesto opcional: "No me pedís propina y me atendiste bien, te dejo lo máximo que pueda. Me impones propina, no dejo nada".

El enfoque crítico también se extiende a la comparación con otros sectores laborales. "¿A los empleados de Edesur hay que pagarles propina si tu casa tiene electricidad? ¿Al colectivero? ¿A los empleados de AySA por mantener los caños también hay que pagarles propina?", preguntó retóricamente un usuario, cuestionando por qué los mozos deberían recibir un trato diferente en términos de compensación económica. Este cuestionamiento pone en el centro del debate la idea de que la propina no debería ser vista como un complemento salarial, sino como un gesto de agradecimiento por un servicio excepcional.

Finalmente, muchos coinciden en que la responsabilidad de un salario digno recae únicamente en el empleador, y no en el cliente. "Paga sueldos dignos y, si tu respuesta es que no te dan los números, entonces ponete una ferretería", sentencia otro comentario, subrayando que el modelo de negocio no debería depender de las propinas para subsistir. Esta crítica se dirige también a la práctica de redistribuir las propinas entre el personal o incluso que el empleador las tome como propias, lo cual se percibe como una injusticia. "Tú te ganaste esa propina, no tu compañero, mucho menos tu jefe", remata otro usuario, defendiendo la integridad del reconocimiento que la propina representa.

Según datos publicados en el 2015 del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), 38% del precio que paga el consumidor en un restaurante proviene de impuestos nacionales, provinciales y municipales. La implementación de las propinas digitales podría ser un paso adelante para modernizar el sector, pero la discusión sobre la carga fiscal sigue abierta.