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Convulsiones en niños: mitos, realidades y consejos

Informarse, capacitarse regularmente en RCP y realizar primeros auxilios es una tarea que debemos conocer todos los ciudadanos.

Fernando García

Por Fernando García

21 Agosto de 2024 - 15:41

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Imagen ilustrativa. Web

En una entrevista con El Interactivo (lunes a viernes, de 12 a 14, por Facebook, YouTube y FM 91.7 de Ciudadano.News), Rocío Delgué, médica pediatra, detalló los pasos esenciales que deben seguirse ante la convulsión de un niño. 

"Cuando ocurre cualquier tipo de accidente o lesión, lo primero que hay que hacer es mantenerse tranquilo para poder evaluar lo que está pasando y jerarquizar el daño", señaló Delgué. Según la experta, la clave para manejar una convulsión radica en la preparación previa, lo cual incluye aprender sobre primeros auxilios. "Las convulsiones son, sin duda, una de las experiencias más angustiosas de presenciar, especialmente si le suceden a un niño", afirmó.

Las convulsiones generalizadas, explicó Delgué, se producen por una descarga anómala en las neuronas del sistema nervioso y se caracterizan por movimientos exagerados e involuntarios, acompañados de rigidez muscular y desconexión del entorno. "El niño se pone rígido, sus extremidades se mueven de manera brusca y sus ojos suelen volverse hacia atrás, mostrándose blancos. Es crucial evaluar el entorno para garantizar que sea seguro, removiendo cualquier objeto peligroso y, si es posible, colocar una almohada bajo la cabeza para evitar golpes", detalló.

La pediatra también desmintió un mito común: "Nunca hay que colocar algo en la boca de la persona durante una convulsión. Existe la creencia errónea de que pueden tragarse la lengua, pero esto es imposible. Lo más importante es dejar que la convulsión siga su curso sin intentar interferir innecesariamente".

Delgué también hizo hincapié en la necesidad de cronometrar la duración de la convulsión, ya que "es fácil perder la noción del tiempo en esos momentos". Además, aconsejó que una vez que cesen los movimientos, se coloque al niño de costado para evitar problemas con posibles vómitos o salivación.

En cuanto a las convulsiones febriles, Delgué aclaró que "la fiebre alta no es la causa directa de convulsiones", y señaló que estas suelen ocurrir antes de que se registre un aumento significativo de la temperatura. "Las convulsiones febriles afectan a un 5% de los niños, y hay una predisposición genética involucrada", explicó.

Para aquellos niños con epilepsia diagnosticada, la experta subrayó la importancia de que estén identificados con una pulsera o medallita que indique su condición y el contacto de emergencia, ya que "la mayoría de las veces, la crisis llega sin previo aviso, haciendo difícil prevenirla".

Finalmente, la pediatra enfatizó la responsabilidad de todos en la sociedad de estar capacitados en primeros auxilios: "Los primeros auxilios no son responsabilidad exclusiva del equipo de salud. Es esencial que toda la población esté formada en esto. Debería ser una materia en las escuelas".

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