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Tiene 19 años y muerte cerebral: otra golpiza a un joven conmociona al país

Lautaro Alvaredo había ido con sus amigos a un local bailable. Una discusión en el interior del lugar terminó en una pelea feroz. Hay un detenido

Por Redacción

09 de noviembre, 2023 - 10:23

Apenas terminaba el colegio y tenía la intención de estudiar Administración de Empresas. Y al mismo tiempo trabajaba para ayudar en su casa. Se llama Lautaro Alvaredo, tiene 19 años, y fue la víctima principal de un brutal ataque a la salida de un boliche, en el que recibió una patada en la cabeza que le provocó muerte cerebral.

Este fin de semana había decidido salir a divertirse con sus amigos al local Cyrux, en Gregorio de Laferrere, provincia de Buenos Aires En el local, un compañero suyo tuvo una discusión con otro por la rotura de unos anteojos, y la pelea continuó en la vereda del boliche.

Con el paso de los minutos el ataque se trasladó a la plaza Ejército de los Andes, a una cuadra de la disco. Lautaro intentó meterse en la pelea para defender a uno de sus amigos, pero cayó al piso y en ese momento uno de los atacantes le propinó una feroz patada en la cabeza. Esto le provocó convulsiones, y a continuación, según constataron los paramédicos, muerte cerebral.

El dueño del boliche Cyrux aseguró que las cámaras de seguridad registraron a "un agresor que le pegó una patada en el pecho, o en la cara, y después escapó en una moto". Sin embargo, el hombre no pudo identificarlo porque, según sus palabras, "no lo conozco".

"Eran tres o cuatro jóvenes que estaban molestando a los amigos de Lautaro, porque le habían roto los anteojos, por eso decidimos sacarlos del local. Después, Lautaro y sus amigos salieron por su cuenta porque estos chicos les dijeron que le iban a pagar los anteojos. Estuvieron hablando acá en la vereda lo más bien, como diez minutos", relató el propietario del local. Pero el nivel de violencia empezó a subir, y el ataque fue intempestivo.

Lautaro, según su gente

Lautaro Alvaredo era un chico de 19 años, que tenía la esperanza de un futuro mejor a través del estudio, y al mismo tiempo ayudaba en su casa con su trabajo. Familiares y amigos lo recuerdan como una persona muy tranquila, con un carácter casi paternal a la hora de cuidar a su gente querida.

Trabajaba en un local de productos químicos y ayudaba en el reparto. Los fines de semana se encargaba del sonido de los shows que su papá, Diego, ofrecía en los bares de González Catán. Además de esto, Lautaro amaba la música, especialmente el cuarteto.

Camila, una tía del joven, manifestaba que "siempre buscaba solucionar los problemas. Siempre estaba dispuesto. Era un pibe sano, casero, que cuidaba a sus hermanos y los llevaba a pasear o los iba a buscar cuando era necesario".