La reforma laboral volvió a encender la tensión entre el Gobierno y los gremios estatales. Este lunes, la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) confirmó que prevé una "alta adhesión" al paro nacional convocado para el próximo miércoles, en rechazo al proyecto oficial que busca modificar las condiciones de contratación y el régimen laboral vigente.
Durante el anuncio, su secretario general, Rodolfo Aguiar, vinculó directamente la reforma con el nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos. "La reforma laboral y el reciente acuerdo con los Estados Unidos están íntimamente vinculados. Trabajar más y por menos plata para abaratar los costos del saqueo. Sin huelga y movilización no la frenamos", afirmó en un comunicado.
Críticas, denuncias y acusaciones de 'golpismo'
El clima se tensó aún más luego de que el Gobierno denunciara penalmente a Aguiar por "atentar contra el orden constitucional y la vida democrática". El gremialista respondió de manera directa al ser consultado por las críticas: "En un Estado de derecho se eligen autoridades y también se establecen mecanismos constitucionales de control y libertad de expresión. Ejercer el derecho a huelga no es golpista; golpista es pretender gobernar al margen de la ley y contra la Constitución", planteó.
También cuestionó la postura de quienes recomiendan esperar hasta el 10 de diciembre para conocer la letra final del proyecto. "Los que nos proponen que esperemos hasta el 10 de diciembre para conocer los detalles le están haciendo el juego al Gobierno y a los grandes grupos empresarios. Todos sabemos que no habrá ni un solo beneficio para los trabajadores y las pymes", enfatizó.
"Una llamita de conflictividad": qué espera ATE del paro
De cara a la medida de fuerza, Aguiar sostuvo que la movilización podría marcar un punto de inflexión para el sindicalismo. "Los altos niveles de adhesión que se están anticipando muestran una creciente toma de conciencia en los trabajadores acerca de los perjuicios que acarrea la legislación propuesta", señaló.
Además, definió el paro como un reencendido del conflicto laboral: "Es la primera medida que se realiza después de las elecciones de medio término. Tiene que ser un paro que nos permita volver a encender la llamita de la conflictividad y que esta crezca rápidamente", expresó.
El miércoles será clave para medir fuerzas entre el Gobierno y el sindicalismo, en un escenario político que se recalienta a medida que avanza el debate por la reforma laboral.

