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La interna de la Corte Suprema salió a la luz

La relación entre el nuevo presidente y su predecesor es cada vez más tensa y el conflicto estalló con virulencia

Por Redacción

10 de octubre, 2018 - 08:48

Justo cuando la justicia tomaba el protagonismo en las reuniones del G20, justo cuando el nuevo presidente de la Corte Suprema hacía su aparición en estrados internacionales, la interna se coló y estallaron los chispazos con su predecesor. Lorenzetti y Rosenkrantz dejaron expuesta la sorda batalla por poder que se libra en el seno del máximo tribunal del Estado. 

El detonante fue una resolución de Rosenkrantz para hacerse cargo del Centro de Información Judicial (CIJ), el sitio donde pueden consultarse todas las resoluciones y que acaba de cumplir 10 años. El problema, de todos modos, son las consideraciones que deja asentadas para la medida, acusando a Lorenzetti de haber dejado acéfala el área de comunicación.

Es que cuando se produjo el cambio de autoridades de la Corte, quien manejaba el CIJ, María Bourdín, volvió al equipo de Lorenzetti, a una de las vocalías, y lo mismo sucedió con el subdirector del sitio. Con los cambios, la secretaría de Comunicación pasó de 18 a 6 empleados, y abrió la puerta para la acusación de Rosenkrantz. El adelantamiento del cambio de presidente, que en lugar de fin de año se apuró para el 1 de octubre, no permitió una transición ordenada, y los resortes que manejó durante una década Lorenzetti, con áreas estratégicas de presupuesto y comunicación, muestran las desprolijidades del apuro y también los hilos de los manejos internos y personalistas.

El Centro de Información Judicial fue iniciativa de Lorenzetti y ha sido muy eficaz para difundir las noticias que se generan en los tribunales, algunas de ellas de importancia decisiva en lo político y en lo institucional. En estos tiempos, con la causa de los cuadernos, el sitio se transformó en un servicio fundamental para la prensa. Luego de la elección, el portal tuvo dos semanas sin actualización, con decenas de sentencias que jamás se difundieron, lo que fue percibido como una embarrada de cancha de Lorenzetti, y generó la bronca del nuevo titular y su salida con los tapones de punta.

La respuesta de Lorenzetti fue acusar a Rosenkrantz de promover “el clima de tensión, de temor, de amenazas telefónicas, de falta de respeto de los derechos del trabajador y de la persona humana, así como de los procedimientos internos de la Corte, fue lo que generó la paralización momentánea”, en una carta remitida a presidencia.

La escaramuza muestra que el relevo de autoridades que fue presentado muy civilizadamente, con abrazos y cortesías, en realidad fue un cambio traumático. Lorenzetti quería quedarse y resistir la embestida, pero los tiempos políticos cambiaron, y los apoyos se esfumaron. De todos modos, el conflicto está iniciado, y nadie asegura que termine con este episodio.