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Cornelio Saavedra en Cuyo: el exilio del prócer

Como muchos patriotas, quien fuera presidente de la Primera Junta de 1810 sufrió el destierro y junto a su familia debió emigrar por cuestiones políticas

09 de octubre, 2023 - 08:34

La mayoría de los lectores se sorprenderá al conocer que don Cornelio Saavedra, aquel que fue uno de los próceres de mayo de 1810, fue confinado a Cuyo y vivió un tiempo en Mendoza y también en la provincia de San Juan.

Como muchos patriotas, el expresidente de la Primera Junta formada en Mayo de 1810, sufrió el destierro junto a su familia.

Se tardó varios años en reivindicar su figura como un patriota, ya que por mucho tiempo sus adversarios políticos lo degradaron y lo llevaron al exilio.

Conozcamos un poco más de su vida en Cuyo.

 

Condenado al exilio

Después del desastre de Huaqui, batalla entre los patriotas y realistas producida en junio 1811, Cornelio Saavedra, presidente de la Junta grande, partió desde Buenos Aires hacia el Norte para hacerse cargo del diezmado ejército del Alto Perú.

Desde Buenos Aires, y al saber que el militar se encontraba de viaje, algunos patriotas se reunieron para disolver el gobierno denominado Junta Grande y formar uno nuevo, denominado el Triunvirato.

En diciembre de ese año, se produjo en la capital metropolitana un levantamiento del Regimiento de Patricios que reclamó el regreso de Saavedra y la renuncia de Belgrano, en el llamado Motín de las Trenzas, lo que luego terminó en una fatal revuelta entre los amotinados.

El Triunvirato ordenó al expresidente de la Junta Grande que desde Salta se trasladara a San Juan.

En varias ocasiones el gobierno intentó poner preso a Saavedra, pero este siempre pudo esquivar la cárcel, aunque no el exilio. Fue así que el patriota de origen boliviano llegó a Cuyo y se afincó en Mendoza.

La Primera Junta de Gobierno, presidida por Saavedra

 

Entre Mendoza y San Juan

Saavedra llegó a Mendoza y estuvo unos meses aquí para luego pasar a la ciudad de San Juan. En nuestra provincia, estuvo alojado en Luján por unos meses, y bajo estricta vigilancia luego viajó hacia la capital sanjuanina para pasar a encontrarse con su esposa, Saturnina Otárola, y sus hijos.

La batalla de Huaqui enfrentó a patriotas y realistas en 1811 y derivó en un desastre militar

Todos se establecieron muy lejos de la ciudad sanjuanina, más precisamente en un inhóspito lugar llamado Colangüil, ubicado a 5.200 metros sobre el nivel del mar, en plena cordillera de los Andes.

Su casa era un rancho de paredes de barro apisonado y techo a dos aguas sobre una armadura de ramas, muy humilde y bajo.

Además de su familia, la única compañía de Cornelio Saavedra en Colangüil fue un peón. En sus memorias anotó que allí “cuando iba a comprar carne tardaba tres días, en los que no tenía más compañía que la de los leones y guanacos que abundan en aquellas soledades".

Aquel lugar en donde se hospedó, pertenecía a una antigua familia de apellido Montaño, la que se comprometió a cuidarlos de cualquier peligro.

 

Saavedra y el cruce de los Andes

En 1814 el director Supremo Gervasio Antonio Posadas envió al entonces coronel José de San Martín a ocupar el cargo de gobernador de Cuyo.

En octubre de ese año, los patriotas fueron vencidos en Rancagua y con ello se produjo el éxodo hacia Mendoza por el camino de la cumbre.

Casi un millar de patriotas chilenos cruzaron la cordillera para poder refugiarse de la persecución realista. Entre ellos estaba Saavedra, que previamente había viajado a Chile con su familia, y venía junto al entonces diputado por Buenos Aires, doctor Juan José Paso y el teniente coronel Juan Gregorio de Las Heras.

En Uspallata fue recibido por el gobernador de Cuyo, el entonces coronel mayor José de San Martín, y posteriormente fueron alojados en la ciudad de Mendoza.

El patriota de Mayo regresó así con su familia a San Juan y luego de un tiempo volvió a Buenos Aires.

Tras ser víctima de degradaciones, el patriota fue finalmente reivindicado

 

Regreso con gloria

En 1818 y gracias a la intervención del director Supremo, Juan Martín de Pueyrredón, el héroe de Mayo fue reivindicado con el grado de brigadier general.

Luego de su reivindicación, asumió el cargo de comandante de la guardia de Luján en Buenos Aires, y tuvo otras importantes participaciones en lo militar.

Cuando se produjo la anarquía del Año XX Saavedra se exilió en Montevideo, pero un año después regresó a Buenos Aires, en donde se estableció hasta su muerte, ocurrida el 29 de marzo de 1829.

Sus restos descansan en el Cementerio de la Recoleta.