El mandatario del Estado Plurinacional de Bolivia, Luis Arce, declaró este lunes la situación de "desastre nacional" debido a los imparables incendios forestales que, a lo largo de 90 días, han devorado casi siete millones de hectáreas de pastizales y bosques; generando pérdidas millonarias, un impacto incalculable sobre la fauna silvestre y una afectación de la salud de los habitantes de varias ciudades del altiplano.
La declaración de desastre nacional, emitida por el Ejecutivo Nacional, busca "activar la ayuda internacional" y "proteger los recursos naturales y la biodiversidad para las futuras generaciones", explicó Luis Arce al firmar el decreto en Santa Cruz, la ciudad más afectada por los focos de incendio.
A pesar del clima de tensión que impera en la Asamblea Legislativa, alimentado por las disputas de poder entre seguidores de Luis Arce y Evo Morales; el presidente les pidió a los legisladores acelerar la aprobación de créditos internacionales que permitan enfrentar la crisis ambiental, la peor registrada en el país desde 2019.
"Eso nos permitirá contratar más aviones cisterna y adaptar helicópteros", explicó el mandatario, mientras solicitó "endurecer las penas" para quienes provoquen quemas incidentales.
El decreto de Emergencia establece que las carteras de Exteriores y Planificación "gestionarán y administrarán la cooperación internacional para la atención del desastre", permitiendo "ajustes" de presupuesto para una lucha eficaz contra los incendios y se impulsará "un plan de recuperación post desastre", se explicó en el documento.