La ultraderecha ganó las elecciones parlamentarias en Austria sumando así a otro país de la Unión Europea a la ola extremista que cunde por el Viejo Continente.
Según cifras de votos reales el partido FPÖ obtuvo el 29,1 de los votos dejando en segundo lugar a los conservadores del ÖVP que llegaron al 26,3%.
El triunfo de la expresión ultraderechista se basa en sus críticas a la política del gobierno de Viena con respecto a los inmigrantes, a la ecología y a las medidas que tomó frente a la epidemia de COVID-19.
El dirigente máximo del partido triunfante, Herbert Kickl, anunció que reclamará al gobierno federal que se le encargue la formación de un gobierno en ese estado de régimen parlamentario.
Desde 2021, cuando Herbert Kickl asumió el control de esta formación marcada por la corrupción, la popularidad del FPÖ creció gracias al enfado de los votantes por temas como la inmigración, la inflación y las restricciones por el COVID-19, como ocurrió con otros partidos de extrema derecha en Europa.
Este exministro del Interior, de 55 años, hizo campaña en estas elecciones, en las que más de 6,3 millones de personas estaban llamadas a votar de los 9 millones de habitantes del país, con consignas como "Atrévete a probar algo nuevo".
El FPÖ integró el Ejecutivo por primera vez en 2000, lo que desató protestas en el país y sanciones de la Unión Europea.
"Esta vez será diferente (...) esta vez vamos a ganar la elección", declaró Kickl el viernes ante sus simpatizantes frente a la principal catedral de Viena.