Trágico

Lluvias en Nepal dejan 66 muertos y 69 desaparecidos

Las tormentas generaron deslizamientos de tierra que destruyeron varios puntos de Katmandú.

Ciudadano.News

Por Ciudadano.News

28 Septiembre de 2024 - 19:46

Inundaciones en Nepal

Las devastadoras lluvias que azotan a Nepal ya han dejado un saldo trágico de al menos 66 personas fallecidas y 69 desaparecidas, mientras las autoridades y equipos de rescate continúan luchando contra las inundaciones y deslizamientos de tierra que han arrasado gran parte del país. Las tormentas, que aún no ceden, han afectado especialmente al valle de Katmandú, donde la situación es crítica y se teme que el número de víctimas siga aumentando en los próximos días, dado que el pronóstico advierte más precipitaciones intensas hasta el martes.

Las lluvias torrenciales, que comenzaron el viernes por la tarde, provocaron un acumulado de más de 200 milímetros de agua en pocas horas, desbordando ríos y provocando el colapso de infraestructura básica. Miles de viviendas, muchas de ellas ubicadas en áreas ribereñas, han quedado bajo el agua. Los caminos principales están intransitables, lo que ha dificultado enormemente el acceso de los equipos de emergencia a las zonas más afectadas.

Loading...

Además de las inundaciones, los deslizamientos de tierra han sido responsables de un número significativo de víctimas. En Bhaktapur, al este de Katmandú, cinco personas, incluida una mujer embarazada y una niña de cuatro años, perdieron la vida cuando su vivienda se derrumbó tras un deslizamiento. En Dhading, al oeste de la capital, dos cuerpos fueron recuperados de un colectivo sepultado, y aún se busca a otras diez personas, incluido el conductor del vehículo.

En Makwanpur, al suroeste de Katmandú, una tragedia sacudió a la comunidad deportiva cuando seis jóvenes futbolistas murieron en un deslizamiento que arrasó un centro de entrenamiento de la Asociación de Fútbol de Nepal. Este incidente ha generado una gran conmoción entre la población, que ve cómo la naturaleza sigue cobrando vidas en distintas áreas del país.

Inundaciones en Nepal

Hasta el momento, más de 2.000 personas han sido rescatadas de las zonas inundadas, aunque el panorama es desolador. Alrededor de 200 viviendas han sufrido daños considerables, y más de 60 personas han resultado heridas, según informó la radio estatal de Nepal. Los esfuerzos de rescate y recuperación continúan sin descanso, y el Ministerio del Interior ha desplegado a más de 10.000 policías, militares y voluntarios en una operación de emergencia nacional.

Loading...

El gobierno nepalí, a través de su portavoz Prithvi Subba Gurung, informó que las lluvias han provocado la rotura de tuberías de agua potable, así como la interrupción de los servicios telefónicos y eléctricos en amplias zonas. Esto ha complicado aún más las tareas de rescate y la comunicación con las comunidades aisladas. Ante este panorama, las autoridades han emitido un llamado urgente a la población para que eviten desplazamientos innecesarios y han impuesto una prohibición temporal para los viajes en automóvil durante la noche en el valle de Katmandú, con el objetivo de prevenir accidentes en las carreteras que se encuentran en condiciones peligrosas.

La magnitud del desastre ha superado las capacidades locales, y el gobierno nepalí ha solicitado asistencia internacional para hacer frente a la catástrofe. En las próximas horas, se espera la llegada de equipos humanitarios de países vecinos y organismos internacionales que podrían proporcionar refuerzos en las labores de búsqueda, rescate y ayuda a los damnificados.

Este tipo de desastres es frecuente en Nepal durante la temporada del monzón, cuando las lluvias intensas desestabilizan las frágiles laderas montañosas y causan deslizamientos mortales. A pesar de los esfuerzos por implementar sistemas de alerta temprana y mejorar la infraestructura, la falta de recursos y la geografía accidentada del país siguen siendo factores que agravan la vulnerabilidad de la población frente a fenómenos climáticos extremos. La situación actual subraya la urgente necesidad de mejorar la preparación y la respuesta ante desastres en la región, especialmente a medida que el cambio climático amenaza con aumentar la frecuencia y la severidad de estos eventos en el futuro.