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Luis Escobedo, el ex futbolista y veterano de guerra

El santiagueño que actuó en varios clubes de Primera División es recordado por su pasó en Independiente Rivadavia en 1992 y 1993

Por Redacción

02 de abril, 2024 - 18:26

Luis Escobedo nació en Santiago del Estero, actuó en Vélez, Los Andes, Belgrano, Racing de Córdoba, entre otros. En su derrotero futbolístico, en 1992 jugó para Independiente Rivadavia 

El ex futbolista -marcador de punta- es uno de los veteranos de Malvinas y como acontece para esta fecha, su valioso testimonio sobre la Guerra del Atlántico Sur contribuye a mantener viva la memoria.

Luis la pasó bastante mal en 1982 y hace cinco años, cuando fue a visitar las tumbas de sus compañeros, terminó detenido.

“Había vuelto a las islas para cerrar esa historia", contó.

Escobedo fue detenido por cantar el Himno Nacional y mostrar una bandera que decía que las Malvinas son argentinas, en 2019.

Entonces pasó dos días preso y contó que vivió "una situación muy tensa", que lo trataron "como delincuente" y que no querían devolverle su celular. El nombre del Diego Maradona destrabó una puerta infranqueable. "Cuando nombré a Diego, a la mayoría le arrancó una sonrisa. Les tuve que mostrar la foto con Maradona porque no me creían. Y me devolvieron el celular. La foto con Diego me salvó", contó.

Sobre su experiencia en Malvinas recuerda: “Nadie sabía adónde nos llevaban. El tema fue cuando empezaron los bombardeos y todo lo demás. Recién entonces nos dimos cuenta que estábamos en la guerra, que era cierto, y comenzamos a vivir una experiencia terrible, a convivir con el miedo, el terror y con lo que en realidad iba a suceder más adelante. Allí se terminó nuestra adolescencia”, contó.

La crueldad de los jefes militares argentinos era tan espantosa como la amenaza del armamento británico. Polvo, sudor e hierro. Ni cartas familiares ni contacto con el resto de la Argentina. Las ganas de vivir, de escapar del sinrazón de una guerra lo mantuvieron en pie. 

Al regresar, Escobedo sufrió las consecuencias psicológicas: se aislaba, no podía relacionarse con la gente, sentía miedo. Además, en las islas había sufrido el congelamiento de sus piernas. El fútbol lo salvó. En el club Los Andes lo apoyaron a escapar de la depresión, ese enemigo que terminó con la vida de muchos ex combatientes.

Luis se puso de pie y pronto volvió a jugar: “A mí el fútbol me sacó de un lugar del que los demás muchachos no pudieron salir, me salvó la vida”, dice hoy.

Debutó en Primera, jugó en Colón, Racing de Córdoba, Belgrano, Tigre y Vélez Sarsfield, entre otros. Con la Lepra mendocina fue parte de un equipo que tenía a Garín, Nicotra, Coloccini, el Gato Oldrá, Minotto, Ariel Paolorossi y se consagraría campeón ante Godoy Cruz en el Malvinas Argentinas.

Ya retirado, hizo el curso de técnico, integró el Súper 8 para el Fortín y torneos de veteranos para Banfield y Temperley.

Las secuelas de la guerra quedaron atrás, aunque su amor por aquel suelo patrio se fortaleció a partir de esa experiencia límite.