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VIDEO | Dragones: seres míticos que fascinaron a la Edad Media

Descubre las curiosidades de estas criaturas legendarias que protagonizaron muchas historias y leyendas de la Edad Media

22 de junio, 2023 - 18:22

Los dragones son unas de las criaturas más fascinantes y populares de la cultura actual. Son protagonistas de libros, películas, series y videojuegos como seres alados, escamosos y capaces de escupir fuego. Pero ¿cómo eran los dragones en la Edad Media? ¿Qué significado tenían para las personas de aquella época? ¿Qué leyendas y mitos los rodeaban? 

 

¿Qué es un dragón?

La palabra dragón proviene del latín draco, que a su vez deriva del griego drakon, que significa serpiente. De hecho se originan en las antiguas civilizaciones de Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma, donde se representaban como grandes serpientes o reptiles con rasgos de otros animales, como cuernos, alas, garras o barbas. Estas criaturas simbolizaban el caos, la fuerza y la sabiduría, y a menudo se asociaban con el agua, el fuego o el inframundo.

En otras culturas, como la china, la india o la americana, los dragones también tenían un papel importante en la mitología y el arte. En general, se les consideraba seres benévolos, protectores y portadores de buena suerte. Se creía que vivían en el agua o en las montañas y que podían cambiar de forma o controlar el clima.

¿Cómo llegaron los dragones a la Edad Media?

Los dragones entraron en la cultura medieval a través de dos vías principales: la Biblia y las leyendas clásicas. En el libro del Apocalipsis se describe una batalla entre el arcángel Miguel y un dragón rojo de siete cabezas que representa al diablo. Este pasaje inspiró muchas representaciones artísticas de San Miguel matando al dragón, que se convirtió en un símbolo del triunfo del bien sobre el mal.

 

 

Por otro lado, las historias de héroes griegos y romanos que luchaban contra monstruos serpentinos también se difundieron en la Edad Media. Por ejemplo, la leyenda de Hércules y la hidra de Lerna, la de Perseo y la Medusa o la de Jasón y el vellocino de oro. Estos relatos se adaptaron al contexto cristiano y se incorporaron a las narraciones épicas medievales.

¿Qué características tenían los dragones medievales?

Los dragones medievales eran muy diferentes a los actuales. No eran muy grandes ni tenían cuatro patas. Más bien eran serpientes alargadas con alas membranosas y una cabeza parecida a la de un perro o un león. A veces podían escupir fuego o veneno, pero no siempre. Tampoco solían guardar tesoros ni raptar princesas. Su función principal era ser antagonistas de los santos y los caballeros, que demostraban su fe y su valor al enfrentarse a ellos.

 

 

Los dragones medievales también tenían un significado simbólico. Representaban el mal, lo pagano y lo sobrenatural. Eran enemigos de Dios, de la Iglesia y de la civilización cristiana. Por eso solían atacar a las personas, a las ciudades o a las iglesias. También se les atribuía poderes mágicos o demoníacos, como causar enfermedades o alterar el orden natural.

¿Qué leyendas hay sobre los dragones medievales?

Hay muchas leyendas sobre los dragones medievales, tanto orales como escritas. Algunas son adaptaciones de las antiguas mitologías y otras son creaciones originales. 

 

  • La leyenda de San Jorge y el dragón: San Jorge era un soldado romano que viajó a Libia, donde se encontró con un dragón que asolaba la región y exigía el sacrificio de una doncella cada día. Un día le tocó el turno a la hija del rey, pero San Jorge llegó a tiempo y mató al dragón con su lanza. El pueblo se convirtió al cristianismo y el rey le ofreció a San Jorge la mitad de su reino, pero él lo rechazó y siguió su camino. Esta leyenda se hizo muy popular en Europa y San Jorge se convirtió en el patrón de muchos países, como Inglaterra, Cataluña o Georgia.

 

 

 

  • La leyenda del dragón de Silene: Es una variante de la anterior, que aparece en la Legenda Aurea, una colección de vidas de santos escrita por el dominico Jacobo de la Vorágine en el siglo XIII. Según esta versión, el dragón vivía en un estanque cerca de la ciudad de Silene, en Libia, y envenenaba el aire y el agua con su aliento. Los habitantes le daban dos ovejas cada día para aplacarlo, pero cuando se acabaron las ovejas, tuvieron que darle personas. Un día le tocó el turno al hijo del rey, pero San Jorge llegó a tiempo y ató al dragón con el cinturón de la princesa. Luego lo llevó a la ciudad y lo mató ante el pueblo, que se convirtió al cristianismo.