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Trazando la ruta democrática: los primeros comicios con voto universal en la Argentina

El 2 de abril de 1916 los ciudadanos varones pudieron elegir libremente las autoridades a través de la primera aplicación de la norma conocida como Ley Sáenz Peña

07 de agosto, 2023 - 08:01

Estamos a menos de una semana para que en Mendoza y en todo el país se realicen las elecciones presidenciales en primarias denominadas PASO.

Es importante destacar que desde hace 40 años, los argentinos ejercemos el derecho a votar a nuestros candidatos después de muchos años de soportar manipulaciones, fraudes y golpes de Estado que interrumpieron en varias ocasiones la democracia.

Nuestro país transitó un largo camino para obtener el voto universal, secreto y obligatorio, luego de revoluciones y derramamientos de sangre. Recién en 1916 este nuevo sistema pudo ser implementado, y a pesar de sus vicios, por primera vez se pudo elegir democráticamente a un presidente.

 

¡Cantame el voto!

Durante varias décadas el sistema eleccionario que se utilizaba en nuestro país fue llamado “voto cantado". Esto significaba que el votante realizaba la elección del candidato con su voz, o seleccionaba una boleta en presencia de las autoridades de una mesa que recepcionaban los votos. Luego, las autoridades anotaban el sufragio en una planilla.

Este sistema de “voto cantado” estaba lleno de vicios en lo que se refiere a la legalidad electoral, porque en su mayoría, los votantes eran amenazados a punta de arma de fuego si no votaban al candidato impuesto por las autoridades de mesa. Además, durante estas oscuras situaciones se producían enfrentamientos armados entre los partidos políticos rivales, originándose verdaderas batallas campales en las mesas electorales.

En 1905, luego del levantamiento armado en varias provincias liderado por Hipólito Yrigoyen –quien reclamaba otro sistema electoral–, se produjo años después un pacto con el entonces presidente de la Nación, Roque Sáenz Peña, quien promulgó la Ley Nº 8.871 –también llamada Ley Sáenz Peña– que estableció el voto universal, secreto y obligatorio para argentinos varones o naturalizados mayores de 18 años. La norma fue sancionada por el Congreso el 10 de febrero de 1912, sustituyendo así a la nefasta Ley N° 140 y otras leyes electorales anteriores.

Un ciudadano emite su voto secreto por primera vez con absoluta libertad

 

Comicios libres de matones

Cuatro años pasaron desde la promulgación de la Ley Sáenz Peña para que el pueblo votara libremente. Fue el domingo 2 de abril de 1916 cuando se produjeron en todo el país los comicios para la elección de presidente y vice para el período 1916-1922 y también para legisladores nacionales.

Esta fecha marcó un hito en la historia constitucional de nuestro país, ya que se utilizó por primera vez el sistema del sufragio universal, secreto y obligatorio. Aquel día un gran optimismo cívico envolvió a una gran parte de la población, al saber que se podría votar libremente y sin presiones al candidato de su elección.

Los electores que estaban inscriptos en el registro debían llevar la denominada libreta de enrolamiento en la que luego de sufragar quedaba registrado el acto. Para aquellas elecciones se presentaron cuatro partidos políticos: el Partido Radical, representado por Hipólito Yrigoyen y Pelagio Luna; el Partido Autonomista Nacional, con Ángel Rojas y Juan Eugenio Serú encabezando la lista; el Partido Demócrata Progresista, con Lisandro de la Torre y Alejandro Carbó, y el Partido Socialista con Juan B. Justo y Nicolás Repetto. Del millón doscientos mil votantes, asistieron a las urnas más de setecientos mil.

 

Los mendocinos van a las urnas

En nuestra provincia, la jornada de los comicios transcurrió con relativa tranquilidad, con más de cuarenta mil electores y un total de 235 mesas en todos los departamentos. La Junta escrutadora estaba a cargo del juez Pedro T. Lucero.

Los candidatos para diputados nacionales por Mendoza estaban representados por José Néstor Lencinas (UCR), Lucio Funes (Partido Popular) y Ramón Morey (Partido Socialista), mientras que para presidente y vice los partidos presentaron sus mismos candidatos en todo el país.

Días previos a las elecciones, los tres partidos políticos locales realizaron sus campañas, que distaban mucho de las actuales porque la virtud que tenía el postulante era su oratoria, apoyado en algunos casos por panfletos. En aquellos tiempos, los candidatos organizaban reuniones en las calles céntricas, especialmente en el paseo La Alameda, convocando a cientos de personas. Luego practicaban por más de una hora sus discursos políticos para convencer al electorado.

Aquel domingo 2 de abril, gran parte de los mendocinos pudieron ejercer el derecho al voto con gran libertad, aunque hubo algunos incidentes menores, como el introducir en las urnas algunas boletas de más por algún elector tramposo.

A las 18 se cerraron los comicios y las urnas fueron custodiadas por integrantes de las fuerzas policiales y trasladadas a la Junta Electoral, en donde se contabilizaron los votos. El escrutinio de las 200 mesas en todo Mendoza, tardó cinco días.

Las elecciones para presidente y vice habían dado como ganador a Hipólito Yrigoyen y su vice Pelagio Luna, mientras que para diputado nacional, el radicalismo se impuso con más de 15 mil votos, seguido por el Partido Popular con 10 mil y el Socialista con mil.

Por primera vez los ciudadanos ejercieron su poder en una elección totalmente democrática. A partir de entonces, el sistema electoral argentino comenzó a afianzarse, y el voto libre, universal, secreto y obligatorio se convirtió en un pilar fundamental de nuestra democracia. A lo largo de los años, se han ido perfeccionando los procesos electorales, buscando garantizar la transparencia y la participación ciudadana en la toma de decisiones políticas.

Es importante recordar esta historia para valorar y cuidar el derecho al sufragio que tanto nos costó conseguir. En las próximas elecciones, una vez más, tendremos la oportunidad de ejercer nuestro poder como ciudadanos, eligiendo a quienes nos representarán en el gobierno y contribuirán al futuro de nuestra Nación.

Es un momento para reflexionar sobre la importancia de la participación política y tomar decisiones informadas y responsables. Cada voto cuenta y es una pieza clave en la construcción de una sociedad más justa y democrática.

Por eso, ¡a votar con conciencia y compromiso por el futuro de todos!