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Biblioteca General San Martín: más de cien años de espera para contar con un edificio propio

Creada por el Libertador de América como una sala de lectura, recién en 1956 se estableció en el solar que ocupa en la actualidad junto al Museo Sanmartiniano

22 de agosto, 2022 - 07:40

Hace 200 años nació la primera biblioteca que tuvo Mendoza, hoy conocida como General San Martín, que iniciaba lentamente sus actividades como tal haciendo que los inquietos y culturosos habitantes de aquella época se interesaran por la lectura.

Con el tiempo, aquella incipiente biblioteca transitaría un largo camino lleno de escollos e interrupciones. Lo mismo pasó con sus edificios y el traslado de un lugar a otro hasta que a mediados del siglo XX el gobierno mendocino adquirió un solar ubicado en la Alameda, que había pertenecido al Libertador.

Allí se construyó un gran edificio con el fin de ubicar definitivamente la biblioteca y el museo sanmartiniano, que desde 1913 es custodiado por la Asociación de Damas Pro Glorias Mendocinas.

 

El solar de San Martín

Varias fueron las propiedades en las que, desde 1814, se alojó el Libertador, pero sólo una fue adquirida por él en la ciudad de Mendoza.

El 10 de octubre de 1818, unos meses después de la gran victoria de Maipú y de paso por la provincia, el entonces Capitán del Ejército Unido General José de San Martín compró a don Antonio De la Puente dos terrenos en la ciudad, junto a la Alameda.

Estos solares estaban ubicados en la actual manzana comprendida entre las calles Remedios de Escalada de San Martín, Corrientes, Rioja y Urquiza.

Después de la adquisición de este sitio, el Libertador partió hacia Chile con el objetivo de preparar la campaña libertadora al Perú que saldría el 20 de agosto de 1820. Al producirse su partida hacia Europa en 1824, los terrenos que había comprado en la ciudad quedaron prácticamente abandonados, a pesar del cuidado brindado por Josefa Morales de los Ríos viuda de Ruiz Huidobro.

Aunque San Martín tuvo siempre un especial cariño por estos solares – la que había sido la primera compra de un inmueble en el terruño mendocino– siempre se negó a venderlos o alquilarlos. A su muerte, el 31 de octubre de 1871 su hija y heredera, Mercedes San Martín de Balcarce, le otorgó un poder a don Salvador Civit para vender los lotes, como así también la Chacra de Los Barriales (departamento de San Martín). La venta de los terrenos de la ciudad se realizó ese mismo año a don Ezequiel Tabanera.

Posteriormente, en 1941, el sitio fue declarado lugar histórico por el Poder Ejecutivo Nacional y señalado por placas alusivas de bronce, aunque estaba ocupado por modestas casas de negocio. Además, en las cercanías se colocó una rueda de molino que, según se decía, había sido recogida de la chacra del prócer ubicada en la ciudad de San Martín.

 

Proyectos para una biblioteca

Muchos fueron los proyectos que se intentaron ejecutar para construir una biblioteca y museo en la ciudad de Mendoza a principios del siglo XX, sin tener eco en los gobiernos nacional ni provincial.

En 1927, el entonces diputado nacional Jorge Calle presentó por primera vez un proyecto de ley por el que autorizaba al Poder Ejecutivo a construir en la ciudad capital la sede de la histórica sala de lectura creada por el General San Martín, iniciativa que no tuvo éxito.

Cinco años más tarde se destinaron unos 100 mil pesos para erigir un edificio para la biblioteca y museo, a través de un presupuesto que se triplicó, aunque de cualquier manera todo quedó sin efecto.

En octubre de 1942, el Poder Ejecutivo Nacional, incluyó en su ley de construcciones de escuelas una partida para la Biblioteca San Martín. A fines de esa década, y aprovechando un gobierno popular que dio gran impulso a los temas sanmartinianos, se puso en marcha en la Legislatura un proyecto para construir el edificio que albergaría a la biblioteca, el archivo histórico y el museo sanmartiniano en el mismo terreno que el Padre de la Patria adquirió en 1818.

 

Un lugar en Mendoza

El 2 de setiembre de 1949, la Cámara de Diputados de la Provincia aprobó un proyecto de ley presentado por diputado provincial justicialista Julio Fernández Peláez, por el cual se declaró la expropiación del ‘Solar histórico’ que perteneció al General José de San ubicado en la Alameda.

En aquella histórica sesión, Fernández Peláez destacó la importancia patriótica de la recuperación del lugar y ningún legislador de la oposición dejó de apoyar el proyecto, ya que no solamente se trababa de la expropiación del sitio, sino que allí también se establecería el Archivo Histórico de la Provincia junto a la Biblioteca y Museo General San Martín.

El fundamento histórico de esta iniciativa sobre el Solar de San Martín se basó en la recopilación de documentos por parte del militar Alfredo Astudillo Bustos, a quien se le otorgó unos 300 pesos por el trabajo. Además, el proyecto que se transformó en la Ley 1812, facultaba al Poder Ejecutivo a disponer de una suma de 200 mil pesos para la expropiación del inmueble.

 

La custodia de los libros

En 1950 se expropiaron los terrenos ubicados en el llamado ‘Solar de San Martín’, en la calle Remedios de Escalada, entre Urquiza y Corrientes, para proceder a construir el edificio.

Durante la gestión del entonces gobernador Blas Brisoli se resolvió por decreto la ejecución de la obra previo llamado a licitación.

La Dirección de Arquitectura autorizó un contrato por cinco millones de pesos de aquel entonces con ese objetivo y la Nación otorgó ese dinero a través de su Segundo Plan Quinquenal.

El proyecto fue desarrollado ese mismo año por el destacado arquitecto Aniceto Juan Puig, quien utilizó el estilo racionalista para el diseño de la fachada, además de plantear una explanada a modo de atrio, rodeada por bloques construidos en tres de sus lados. Para su revestimiento el edificio contaría con fino mármol.

La construcción estaba dividida en dos bloques: contaría con biblioteca, archivo, museo –una parte en el subsuelo– en donde tendría espacio para exhibir objetos; además se incluiría una sala de conferencia, un taller de encuadernación y otro de restauración.

Dos años después, se erigió el edificio que estaba destinado para “Biblioteca, Archivo Histórico y Museo" con un costo de más de 3 millones de pesos, obra que se desarrolló a un buen ritmo y a mediados de 1955 quedó concluida.

 

Inauguración simbólica

El 17 de agosto de 1955 quedó inaugurado el edificio. Luego de la llegada del gobernador Carlos E. Evans, quien ocupó el palco junto a las autoridades nacionales y locales, se dio inicio a la ceremonia de inauguración. En su discurso, el primer mandatario destacó especialmente el laborioso trabajo de las Damas Pro Glorias para llegar a concretar este anhelado proyecto. El acto finalizó con el discurso del representante del Instituto Nacional Sanmartiniano, Carlos Abel Albino, y luego se cortaron las cintas para dejar habilitado el Museo y biblioteca.

 

Un año más...

El 16 de setiembre de 1955 se produjo el golpe armado cívico-militar conocido como ‘Revolución Libertadora’, que derrocó al entonces presidente Juan Perón.

Después de ese acontecimiento, quedaron suspendidas las tareas de ubicación de los libros para la biblioteca y de los objetos del museo, lo que postergó su puesta en marcha.

Finalmente, en septiembre de 1956 se establecieron definitivamente en el lugar tanto la biblioteca, fundada 134 años antes, y el Museo Sanmartiniano, que tuvo que peregrinar más de 40 años desde su creación hasta encontrar su sitio definitivo.

Por diferentes y extraños motivos, el Archivo Histórico –hoy Archivo General de la Provincia- nunca ocupó el lugar que se le había destinado en este sitio.