|13/10/23 03:55 PM

El 'salto en el tiempo' de 1582: los 10 días que nunca existieron

El calendario gregoriano se extendió ampliamente por todo el mundo, marcando un hito significativo en la forma en que la humanidad medía y comprendía el tiempo

13 de octubre, 2023 - 15:59

Durante el mes de octubre de 1582, un fenómeno singular alteró el curso del tiempo, provocando la omisión de diez días del calendario. La reforma, impulsada por el Papa Gregorio XIII a través de la bula papal "Inter gravissimas" emitida el 24 de febrero de 1582, conllevó la transición del calendario juliano al gregoriano, resultando en un cambio significativo en la percepción del tiempo para aquellos que vivían en la Europa católica de la época.

Los días que nunca existieron: te lo contamos en 60 segundos

Se designó al matemático y astrónomo italiano Luigi Lilio como principal responsable del desarrollo del nuevo calendario, en estrecha colaboración con otros destacados astrónomos de la época, como Christopher Clavius, cuyos cálculos contribuyeron significativamente a la precisión del calendario gregoriano.

El calendario juliano, instaurado en el 46 a. C. por Julio César, demostró ser defectuoso al calcular incorrectamente la duración del año, provocando un desfase de casi 11 minutos anuales. Este desfase acumulado de años resultó en un desajuste de aproximadamente diez días en el calendario, lo que llevó a la necesidad de la reforma propuesta por el Papa Gregorio XIII.

La omisión de diez días en octubre de 1582 se llevó a cabo mediante un ajuste directo en el calendario, en algunos países saltando directamente del 4 de octubre al 15 de octubre, lo que provocó confusión en la población sobre la fecha real.

La enmienda, en su esencia, pretendía restablecer la precisión en la determinación de la fecha de la Pascua, corregida bajo el nuevo calendario gregoriano. Además de eliminar la inconsistencia de duración del año, el calendario gregoriano introdujo un sistema de años bisiestos más refinado, en el que cada cuatrocientos años contenían un día bisiesto adicional.

El impacto de esta transición fue profundo, con efectos sorprendentes en la vida cotidiana de las personas. Los registros históricos dejaron un vacío de diez días, dando la impresión de que ciertos eventos no habían ocurrido. Aquellos que nacieron entre el 5 y el 14 de octubre de 1582 no celebraron su cumpleaños ese año, mientras que los fallecimientos en torno a esa fecha resultaron en confusión en los entierros, como el caso emblemático de Santa Teresa de Jesús.

Además, la elección del mes de octubre para llevar a cabo esta reforma se debió a la intención de evitar la interrupción de festividades cristianas relevantes. Aunque la aceptación del nuevo calendario no fue uniforme en toda Europa, se adoptó ampliamente a lo largo del tiempo, marcando un hito significativo en la forma en que la humanidad medía y comprendía el tiempo.

A día de hoy, el calendario gregoriano es el sistema más utilizado a nivel mundial, siendo adoptado por la gran mayoría de los países y organizaciones internacionales, aunque el calendario juliano todavía se utiliza en algunos países, como Etiopía y Eritrea.