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Avances en la técnica del mosquito estéril para el control del dengue

En una entrevista exclusiva con Círculo Político el secretario técnico del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (ISCAMEN), compartió detalles sobre un proyecto innovador

Por Redacción

25 de marzo, 2024 - 20:27

Guillermo Azin, secretario técnico del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (ISCAMEN), fue entrevistado en el programa Círculo Político que se emite por la 91.7 de Ciudadano News de lunes a viernes de 14 a 16 hs.

Según Azín, el ISCAMEN está colaborando con la Agencia Internacional de Energía Atómica en un proyecto de prueba. Aunque aún se encuentran en las etapas iniciales, la viabilidad es prometedora. Sin embargo, se requiere la validación de una serie de pasos por parte de la agencia internacional.

El enfoque se basa en la Técnica del Insecto Estéril (TIE), que ha demostrado éxito en el control de plagas como la mosca de la fruta. La idea es aplicar este concepto al Aedes aegypti, el mosquito responsable de transmitir el dengue. Aunque esta especie requiere un manejo diferente, la estrategia general es la misma: criar masivamente insectos estériles en un entorno controlado.

La Bioplanta del ISCAMEN, con su versatilidad, podría ser clave en este proceso. Una vez lograda la cría masiva, los insectos se esterilizan y se liberan al ambiente. Al cruzarlos con individuos silvestres, se reduce la tasa de natalidad de la población de mosquitos.

Bioplanta del ISCAMEN en Santa Rosa.

Azín reconoce que el manejo del mosquito presenta desafíos adicionales debido a sus necesidades dietéticas específicas. Sin embargo, el ISCAMEN ya cuenta con una colonia de Aedes aegypti en sus instalaciones, lo que representa un paso importante hacia el control efectivo de esta plaga.

Este proyecto podría no sólo beneficiar a Mendoza, sino también convertirse en una solución exportable para otras regiones afectadas por el dengue. La colaboración internacional y la aplicación de la TIE podrían marcar un hito en la lucha contra esta enfermedad transmitida por mosquitos.

¿Cuánto tiempo falta para que esto se pueda poner en práctica definitivamente y se está pensando en trabajarlo de manera internacional?

La Argentina desempeña un papel crucial en un proyecto de control de mosquitos a nivel internacional. Colaboramos con otros países, intercambiando avances y conocimientos. Sin embargo, aún quedan al menos dos años de trabajo por delante antes de que este enfoque innovador pueda implementarse de manera definitiva.

Una vez que se establezca la viabilidad y se confirme que podemos aplicarlo en el campo para combatir la plaga, se deberán considerar los procesos de inversión y equipamiento necesarios para llevarlo a cabo.

El ISCAMEN, con su capacidad de producción masiva y oferta del producto, podría ser un actor clave. Aunque inicialmente beneficiará a la provincia de Mendoza, también podría ser útil para otras regiones dentro de la Argentina e incluso exportarse a otros países. Sin embargo, alcanzar ese nivel de producción requiere inversiones significativas en equipos para irradiación y producción.

Actualmente, están realizando pruebas a escala para el proyecto. Estas incluyen evaluaciones de efectividad en ambientes confinados y liberaciones controladas. Para avanzar hacia la etapa de cría masiva y liberación a gran escala, se necesitarán inversiones adicionales. Ya sea el sector de Salud o el Gobierno, quien tome la iniciativa deberá comprometerse con este programa transformador.

¿Cómo se planea mantener el control integrado de la plaga y trabajar de manera internacional?

Azín enfatiza que el seguimiento continuo es esencial cuando se trabaja con una herramienta de control como esta. El control integrado de la plaga implica mantener un sistema de vigilancia y monitoreo constante. Además, se deben mantener medidas preventivas, como la eliminación de envases donde pueda acumularse agua.

Descacharreo.

En cuanto a las barreras geográficas, se deben establecer límites en las áreas de trabajo. Si Argentina avanza en la implementación seria de este programa, también se debe considerar cómo involucrar a los países vecinos.

¿Se trabajará en conjunto en un programa regional o se implementará la técnica en territorios específicos?

Azín responde con cautela: “Estamos un poco atados a tiempos experimentales en este momento, por eso hablamos de proyecto y no de la herramienta en sí. Si Dios quiere, y llega a estar disponible, en aproximadamente dos años tendremos los resultados para poder afirmar que esto es factible, viable y que se puede invertir en ello. También necesitaremos un equipamiento específico para la producción. Sin embargo, somos conscientes de que, aunque inicialmente veíamos este problema como algo distante debido a su origen en el Norte argentino, ahora enfrentamos una mayor presión local y en todo el país. Los tiempos de investigación no siempre coinciden con las necesidades urgentes” .

Este proyecto no sólo tiene implicaciones locales, sino también podría convertirse en una solución exportable para otras regiones afectadas por el dengue. La colaboración internacional y la aplicación de la TIE podrían marcar un hito en la lucha contra esta enfermedad transmitida por mosquitos.