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Las Fiestas y los que ya no están: ¿cómo afrontar estos momentos?

Natalia Novaro, psicóloga, habló con El Interactivo y explicó que "estas fechas son movilizadoras" y que como adultos "no deberíamos perder la alegría"

Por Redacción

22 de diciembre, 2022 - 16:57

Con la llegada de las fiestas la sensibilidad está a flor de piel y teniendo en cuenta que se termina el año, muchas personas al hacer balances terminan más angustiadas que en otros momentos. En esta época, todo es distinto, vemos a familiares que no veíamos hace mucho, nos rencontramos con nuestras familias y los recuerdos están a la orden del día.

Es por eso que a veces se siente el "síndrome de las sillas vacías", estas son, las ausencias que al final, terminan pesando en las fiestas. Natalia Novaro, psicóloga, habló con El Interactivo (lunes a viernes de 12 a 14 por Facebook y YouTube de Ciudadano News) y explicó que esto sucede, porque "estas fechas son movilizadoras" y especialmente en diciembre "muchos retoman a la terapia por las angustias que provocan las ausencias y los malestares que provocan los encuentros, no solo se trata de los que faltan sino que es un gran desafío familiar encontrarnos con aquellos con los que estamos en desacuerdo, y nos tenemos que encontrar en la mesa".

En este sentido, destacó que “cuando pensamos en las ausencias no solo pensamos en aquellos que fallecieron sino que a veces una silla vacía puede representar alguien con quien uno tuvo una ruptura amorosa", y que esto implica que si el duelo no se hizo como corresponde, los bajones pueden ser complicados.

Por eso, la especialista aconsejó antes de cualquier cosa que "deberíamos juntarnos con aquellos con quienes nos sentimos a gusto. Si pensamos qué es mejor para nuestra salud, tenemos que vincularnos con aquellos que nos vamos a sentir cómodos" y de esta manera, ser felices.

Si bien es un momento que debería ser considerado de mucha alegría, los adultos son los que hacen que "ya no sea igual", comentó. Esto pasa porque durante la infancia los niños esperan estas fechas con ansias y no importa nada más que "espera a Papá Noel o armar el pesebre para la llegada del niño Jesús".

"Creo que de eso algo queda y nos vamos volviendo adultos y añoramos eso que sentíamos cuando éramos pequeños, que ya sabemos que no será posible, porque hay personas que no están y porque aquella mirada que teníamos en la niñez está teñida de todos los condimentos de los adultos", indicó.

Y explicó que esto sucede porque "los niños tienen sus sentimientos menos contaminados por el pensamiento de los adultos y pueden sustraerse de la mirada nuestra y sentir las presencias aún en ausencia". En ese momento sería lo más apropiado "si hay niños, que ellos tengan una vela encendida que represente al abuelo, al hermano que no está, para hacer foco en el amor más que en el dolor. Ellos van a entender que la presencia más allá de lo físico”.

Finalmente, también el condimento es que algunas personas suelen "hacer balances" y hay momentos de "introspección en donde uno ve lo que hizo y lo que quedó pendiente" para, de esta manera, "proyectar" lo que vendrá y esto genera incertidumbre, por lo que aconsejó mantener la calma y no exigirse para poder planificar lo que viene.