|18/03/22 09:37 AM

Día Mundial del Sueño: cuáles son las consecuencias de dormir mal

Las dificultades para dormir asociadas al estrés, la incertidumbre y a la ansiedad son algunas de las consecuencias más preocupantes de la pandemia

Por Redacción

18 de marzo, 2022 - 10:04

Este 18 de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño, con el fin principal de concientizar a la población sobre la importancia del buen descanso para la salud y promover hábitos saludables para una mejor calidad de vida.

Debido al aumento generalizado de las dificultades para dormir provocadas por la pandemia del COVID-19, el lema 2022 elegido por la Asociación Mundial de Medicina del Sueño es “Sueño de calidad, mente sana, mundo feliz”.

Las dificultades para dormir asociadas al estrés, la incertidumbre y a la ansiedad son algunas de las consecuencias más preocupantes de la pandemia, a nivel mundial. 

“Incluso, el fenómeno conocido como ‘coronasomnia’ (insomnio luego de padecer COVID), que experimenta una gran cantidad de pacientes afectados por el virus, es uno de los más preocupantes a nivel salud y es necesario tratarlo”, indicó la doctora María Celia Daraio, directora de la Clínica del Sueño en Neuromed Argentina.

Un sueño saludable está asociado a una mejor calidad de vida, así como a la prevención de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y degenerativas, entre ellas, obesidad, depresión y Alzheimer. Aseguran que dormir bien también contribuye a reducir accidentes de tránsito, laborales e, incluso, en el hogar.

 

Hábitos saludables, fármacos y uso de pantallas

“El uso de pantallas antes de acostarnos atenta contra la higiene del sueño, ya que dificulta conciliar el sueño, lo que repercute en la calidad de vida, el rendimiento físico, mental e intelectual. Asimismo, la ingesta de pastillas para dormir, en ocasiones, sin prescripción médica, es un factor de riesgo”, indicó la doctora.

Para lograr un descanso saludable es importante seguir ciertas recomendaciones:

  • Fijar una hora para dormir y una hora para despertarse.
  • Evitar siestas de más de 45 minutos en el día.
  • Llevar una alimentación equilibrada. No ingerir alcohol, café, té, tabaco ni chocolate cuatro horas antes de ir a la cama.
  • Hacer ejercicio físico con regularidad, pero no justo antes de dormir.
  • Usar ropa de cama cómoda.
  • Ajustar la temperatura de la habitación (lo ideal es que sea de 24°) y mantenerla ventilada.
  • Evitar el uso de pantallas dos horas antes de ir a la cama.
  • No usar la cama para trabajar o hacer otras actividades.
  • Ante cualquier dificultad para dormir (insomnio, apneas respiratorias, somnolencia o despertares nocturnos) hacer una consulta médica.