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Ansiedad: técnicas neurocientíficas para comenzar a erradicarla

Judson Brewer, psiquiatra experto en adicciones, publicó un libro donde comparte ejercicios simples para combatir los resabios de la pandemia por coronavirus. Asegura que nuestro cerebro puede descubrir el origen del mal, y combatirla

Por Redacción

08 de diciembre, 2022 - 10:35

"La ansiedad está en todas partes. Siempre lo ha estado. Sin embargo, en los últimos años ha dominado nuestras vidas como nunca lo había hecho antes”. Son las palabras de Judson Brewer, neurocientífico y psiquiatra estadounidense especializado en adicciones, en su nuevo libro "Deshacer la ansiedad".

Brewer sostiene que la ansiedad no es un "trastorno", o al menos no presenta esta particularidad en todos los casos. Según el profesional, no es lo mismo padecer un trastorno de ansiedad generalizada, que sentir algo de ansiedad frente a una situación dada. Esto explica que no todo problema se puede solucionar con una receta.

"Descubrí que podía enseñar a los demás a ser conscientes de las emociones incómodas (en lugar de acostumbrarse a evitarlas); podía ofrecerles un método para gestionar y trabajar sus emociones que no consistiera en prescribirles una simple pastilla”, asegura Brewer.

Uno de los "remedios caseros" para combatir la ansiedad, según el psiquiatra, es repetir buenos hábitos, sumado a un conocimiento profundo de nuestro cerebro, lo que puede ayudar a descubrir los factores que dan inicio a dicho estado.

Judson Brewer, autor del libro "Deshaciendo la ansiedad"

La idea de Brewer es crear un programa que ayude a las personas a superar hábitos dañinos, por lo general vinculados o impulsados por la misma ansiedad. El investigador asegura que la ansiedad, en sí misma, es un hábito pernicioso que a estas alturas se convirtió en epidemia. "Este libro es el resultado de toda esa investigación", asegura Judson Brewer.

La ansiedad, desde afuera

En numerosas páginas de internet se define a la ansiedad como "la sensación de preocupación, nerviosismo o inquietud típicamente suscitada por un acontecimiento inminente o una situación de resultado incierto". Y es que todo acontecimiento que esté por ocurrir es inminente, y de lo único que podemos estar seguros es de que esta incertidumbre es general: la ansiedad puede aparecer en cualquier lugar, en cualquier momento.

Sentimos ansiedad cuando un compañero de trabajo explica un proyecto, o cuando sospechamos que se vienen despidos, o cuando no tenemos idea de hacia dónde vamos.

Podemos experimentarla desde la mañana, y esa preocupación continúa durante todo el día. Otros sufren ataques de pánico, o se despiertan en mitad de la noche. Hay gente que se pone nerviosa por detalles mínimos, al tiempo que aquellos hechos graves no alcanzan a afectarlos.

Lo que sí es cierto, según Judson Brewer, es que "existe una dilatada lista de trastornos de la ansiedad. Buena parte de estas situaciones se manifiestan como consecuencia de un ligero desajuste de los procesos naturales (y normalmente útiles) de nuestro cerebro. Es como etiquetar «ser humano» como una dolencia".

Sin embargo, para simplificar el diagnóstico y la facturación, los trastornos de la ansiedad abarcan toda una gama, desde fobias específicas (por ejemplo, el miedo a las arañas) al trastorno obsesivo-compulsivo (por ejemplo, la preocupación ante los gérmenes, que se traduce en un constante lavado de manos) y al trastorno de ansiedad generalizada (que básicamente es lo que parece: una preocupación excesiva ante las cosas cotidianas).