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La Inteligencia Artificial da luz a un milenario misterio religioso

Una investigación revela que los Manuscritos del Mar Muerto fueron intervenidos por más de un escriba.

Por Redacción

23 de abril, 2021 - 20:38

Un estudio publicado el día miércoles por investigadores de la Universidad de Groninga (Países Bajos) en el portal científico Plos One, detalla un experimento realizado mediante una red neuronal artificial para examinar los rollos, cuya antiguedad se acerca a los 2.000 años.

Los textos fueron encontrados por pastores hace setenta años en el desierto de Judea, cerca del Mar Muerto. Están escritos en hebreo, árabe y griego y contienen los primeros fragmentos de la llamada Biblia hebrea, o Antiguo Testamento. Desde su descubrimiento su estudio a despertado fascinación por 

De entre sus más de 900 tomos, el Gran Rollo de Isaías fue el que, tras ser sometido a un análisis de características texturales y alográficas con inteligencia artificial, brindó la prueba que confirma la presencia de dos escritores en el ejemplar. Los autores del experimento, Mladen Popovic, Maruf Dhali y Lambert Schomaker, concluyeron en que "dos escribas diferentes trabajaron juntos y buscaron una semejanza en el estilo de escritura pero revelándose a si mismos su individualidad", según detalla el paper.

Según añadieron, la similitud en la escritura sugiere que los escribas podrían haber recibido la misma formación en una escuela o una familia. Lo revelador en este sentido es la capacidad de los escribas para "copiar" al otro, que hasta hoy siempre ha sido ignorada por los eruditos modernos.

Cómo ayudó la Inteligencia Artificial

Lambert Schomaker, profesor de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Groninga, lleva tiempo desarrollando técnicas algorítmicas que permitan a los computadores leer la escritura a mano para investigar cómo afectaría la escritura de un texto dependiendo de la forma en que alguien sostiene un bolígrafo o un instrumento similar. 

Para el análisis de los Manuscritos del Mar Rojo, su equipo trabajó en el entrenamiento de un algoritmo para que éste pudiera separar la tinta del fondo del papiro. Acto seguido, se desarrolló una red neuronal artificial que puede mantener intactos los trazos de tinta originales realizados por el escriba hace dos milenios, según detalla el artículo.

Una vez sometido el texto al análisis de patrones de escritura basado en la red neuronal, los autores del experimento concluyeron que "las 54 columnas de texto del Gran Rollo de Isaías se dividían en dos grupos diferentes que no estaban distribuidos al azar en el rollo, sino que estaban agrupados, con una transición alrededor de la mitad".

El tercer paso fue una revisión visual específica y promediada de las letras hebreas aleph en las primeras y últimas 27 columnas, cuyo resultado determinó que eran diferentes. En este punto, el director del estudio Mladen Popovic aseguró que la ayuda del computador demuestra que la separación es estadísticamente significativa, y sugirió que las teorías que descartaban la presencia de más de un escriba en los textos antiguos han sido "impresionistas" en lugar de cuantitativas.

Tras el éxito en la implementación de mecanismos de inteligencia artificial en esta investigación histórica, los autores esperan que este sea el inicio de una nueva forma de analizar documentos de este tipo, para así poder conocer más acerca de los antiguos escribas y sus métodos.