Inteligencia artificial aprendió a jugar al fútbol por su cuenta
Utilizando una base de partidos de fútbol se jugaron durante toda una década, la AI desarrolló habilidades asombrosas en muy poco tiempo
Por Redacción
Un nuevo desarrollo en el campo de la inteligencia artificial (AI) tuvo lugar gracias a la tecnología implementada por la empresa DeepMind.
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La compañía brindó herramientas a una AI para que esta aprendiera a jugar al fútbol, recibiendo datos y muestras de partidos de toda una década.
El sistema formó humanoides digitales que pasaron de ser niños inquietos a jugadores competentes.
DeepMind, le enseñó a la inteligencia artificial cómo jugar fútbol en una simulación por computadora a través de un plan de estudios atléticos. La puesta en marcha se asemeja a una versión acelerada de lo que sería la simulación de convertir a un bebé humano, en un jugador de fútbol profesional.
Para llevar adelante el plan, se la dotó a la AI del control de estos humanoides digitales. La particularidad que estos tenían es que replicaban con exactitud, la masa corporal y los movimientos articulares de personas; un realismo sorprendente.
“No ponemos a los humanoides en una partida de 11 contra 11”, dijo Guy Lever de DeepMind. “Primero aprenden a caminar, luego aprenden a driblar una pelota, luego pueden jugar uno contra uno y luego dos contra dos”.
La primera fase del plan de estudios capacitó a los humanoides digitales para que funcionaran de forma natural imitando videoclips de captura de movimiento de humanos jugando al fútbol.
Una segunda fase constó de hacerlos gambetear y patear la pelota, a través de una forma de aprendizaje automático de prueba y error que recompensaba a la IA, simplemente por estar cerca de la pelota.
La tercera fase del entrenamiento desafió a los humanoides digitales a marcar goles en partidos de dos contra dos.
Datos que sorprenden
Las primeras dos fases del entrenamiento representaron aproximadamente un año y medio de entrenamiento (de lo que sería practicar fútbol en la vida real) de simulación. La AI aceleró ese aprendizaje (es de decir los resultados de los mismos) a solamente 24 hs.
Sin embargo, hubo comportamientos más complejos más allá del movimiento y el control del balón, que comenzaron a surgir después de cinco años simulados de partidos de fútbol.
“Aprendieron coordinación, pero también aprendieron habilidades de movimiento que antes no habíamos establecido explícitamente como ejercicios de entrenamiento”, dijo Nicolás Heess de DeepMind.
Las habilidades de trabajo en equipo de la tercera fase del programa, como anticipar dónde recibir un pase, surgieron durante aproximadamente 20 a 30 años de partidos simulados, el equivalente a dos o tres semanas en el mundo real.
Esto llevó a mejoras específicas en la generación de oportunidades de gol -de los humanoides digitales- sin el balón. Una verdadera medida de la frecuencia con la que un jugador se encuentra en una posición favorable en el campo.
Las simulaciones no darán lugar de inmediato a robots llamativos que jueguen al fútbol pero es un paso muy importante que guía a hacia ese objetivo.
Los humanoides digitales fueron entrenados con reglas simplificadas que permitían faltas y el juego dentro de los márgenes de una cancha. Se evitó dentro de su programación, que tuvieran que hacer laterales o sacar desde el arco.
El experimento busca ser el puntapié para que el día de mañana, se pueda programar a robots reales para que estos jueguen al fútbol de la misma forma que las personas.
El equipo de DeepMind comenzó a enseñarle a sus robots cómo empujar una pelota hacia un objetivo y planea estudiar si la misma estrategia de entrenamiento de IA, funciona más allá del fútbol.