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Por qué nos quedamos en zona de confort en las crisis

La "zona de confort" abarca un montón de roles y de aspectos de nuestra vida, desde laborales y profesionales hasta afectivos, y necesita sus procesos internos para superar los problemas

Por Redacción

18 de septiembre, 2023 - 19:11

La búsqueda del bienestar a veces tropieza no solo con los contratiempos que nos plantea el entorno, la sociedad, sino que también tiene que ver con las trabas internas que no conseguimos ver nosotros mismos, aunque hay herramientas para superar estas condiciones.

Oscar Niemetz, coach con un máster en programación neurolingüística, señaló: “El lema que sostengo con mis clientes es: duro con los problemas y suave con las personas", y remarcó que "las personas tienen sus tiempos, sus necesidades, tienen sus rechazos, sus negaciones, entonces lógicamente está bien cuando la persona no se siente del todo cómoda y necesita por ahí un ratito más, un ratito más puede ser unos meses para mover algo que por ahí tiene hace 30 años".

"La zona de confort no es así como tengo una uña encarnada, voy al podólogo y ya está, se terminó todo", definió el especialista, sino que "abarca un montón de roles y de aspectos de nuestra vida, que tienen que ver con lo laboral, con lo profesional, con el estudio, con lo familiar, y sabes con que más, con la vida intima, la vida personal, de autocuidado, de respeto a nuestro proyecto de vida, a nuestro propio cuerpo. Es compleja".

 

En diálogo con El Interactivo (lunes a viernes de 12 a 14 por http://ciudadano.news), afirmó: “Me quedó pensando en que estamos en crisis, porque desde que recuerdo se habla de las crisis. Si no era por una cosa, era por otra, siempre se habla que estamos en crisis, y crisis en sí misma no es una palabra tan mala".

"a incertidumbre, las cosas difíciles y demás están ahí, afuera nuestro. Probablemente no las podemos cambiar, no podemos cambiar que haya inflación, que los candidatos me gusten o no, pase esto o aquello, lo que sí podemos cambiar es cómo nos sentimos nosotros y qué hacemos nosotros frente a eso".

Entonces, "ahí sí podemos actuar. Cuando tomamos conciencia de eso, nos damos cuenta que no nos duele tanto, hay que dar el paso por supuesto. Hay gente enojada, abatida, triste, resentida, es una palabra que me llega bastante en mi laburo cotidiano, y en realidad ese sentimiento sí lo podemos modificar, ahí sí podemos intervenir".

"Lamentablemente no se puede ir al Ministerio de Economía y decir, muchachos basta de inflación, no se puede hacer nada con eso, pero sí podemos hacer algo con cómo me siento frente a la inflación, si me siento abatido o no, o si pienso recursos para avanzar en eso o no".  

“Nuestro cerebro, el cerebro, funciona como vos queres que funcione tu auto, con economía del recurso", prosiguió Niemetz, "queres que tu auto funcione con el menor consumo de nafta posible o que se le gasten las cubiertas lo menos posible, andando la mayor cantidad posible de kilómetros; nuestro cerebro funciona con una economía total, entonces cuando al cerebro le pedís cosas, le pedís nuevos desafíos, le pedís ponerse en optimista, en creativo, en diseñador de objetivos, o en ir a tener una conversación complicada que tenemos postergada".

"Nuestro cerebro lo primero que hace es decir; no, que quilombo con eso, no puedo, no puedo, y rápidamente te saca de ahí y se te olvida, se te pierde, decís se te complicó el día y no lo haces. Te da fiaca, todo ese tipo de cosas que hacen que a la larga no lo hagas".

 

De acuerdo a esta afirmación, entonces, es simplemente por una mala entendida "economía de recursos, porque el primer paso de esto, al cerebro le cuesta, no le gusta. Al cerebro le resulta más fácil ir hacia abajo, estar quieto, tirado en el sillón."

"Estar enojado, estar enojado con alguien, resentido durante años, es más fácil que ir y decirle, mira tengamos una conversación y arreglemos esto, quizás no sean los íntimos amigos pero tratemos de hablar de lo que nos pasó, tratemos de hablarlo, tratemos de solucionar esto".

Continuando con los ejemplos automovilísticos, manifestó: "Los seres humanos tenemos una potencia que es una enorme 4x4, que se llama la comunicación asertiva. Es una herramienta poderosa".

"Ahora, en general no usamos la 4x4, usamos un autito de tres cilindros y que anda mal y es de hace 30 años porque usar la camioneta es caro, pero la tenemos", y concluyó que "Cualquier persona tiene que saber que tenemos la capacidad, tenemos ese recurso comunicacional pero para eso hay que trabajar, pasa que no nos han enseñado a usar esta habilidad comunicacional, a sentarnos frente al otro u otros a solucionar conflictos, sin necesidad de insultarnos, odiarnos”.