Luchando contra el lobizón

Javier Milei se convierte en el padrino de la manera menos esperada

El presidente cumplirá con la Ley de Padrinazgo Presidencial y apoyará al séptimo hijo de una mujer de Santa Cruz.

Redacción

Por Redacción

12 Septiembre de 2024 - 18:55

Javier Milei, el padrino

Por primera vez desde su llegada a la presidencia, Javier Milei será el padrino de un séptimo hijo varón, siguiendo la tradición establecida por la Ley de Padrinazgo Presidencial. El bebé, Noah Portillo, nació recientemente en el Hospital Regional de Río Gallegos. Su madre, Mirta Portillo, de origen misionero, se mudó a la capital de Santa Cruz hace dos décadas buscando un ambiente más seco que ayudara a aliviar los problemas respiratorios de su primer hijo, Adam, quien ahora tiene 18 años.

Si bien Adam nació en Misiones, los otros seis hermanos vieron la luz en la Patagonia. Iván, de 16 años; Tiago, de 12; Aaron, de 10; Ezel, de 8; David, de 2, y ahora Noah, conforman esta numerosa familia. A raíz del nacimiento del séptimo varón, los médicos del hospital informaron a Mirta sobre la posibilidad de solicitar al Presidente que sea el padrino de su hijo, según lo establece la ley. Los trámites ya están en marcha, y según la madre, los primeros contactos con la Casa Rosada ya se han hecho.

"No esperábamos que fuera a tener todos varones. Podría decir que llegamos a siete niños buscando una hermanita para ellos. Pero ya está, ya me di cuenta que no estoy para la nena", comentó Mirta en una entrevista con una radio local de Misiones, entre risas y con la certeza de que su familia está completa.

La Ley de Padrinazgo Presidencial, que data de 1974, fue originalmente implementada para combatir la superstición de que el séptimo hijo varón podía convertirse en lobizón. Aunque hoy en día esta creencia ha perdido peso, la tradición sigue vigente, y al ser aceptada, el niño recibe una beca estatal que cubre sus estudios hasta completar la universidad. Si Milei acepta formalmente, deberá viajar a Río Gallegos para el bautismo, algo que en la práctica es opcional, pero que la ley sugiere.

Históricamente, la mayoría de los presidentes han aceptado ser padrinos, pero pocos han asistido personalmente a los bautismos. Sin embargo, hay excepciones. Uno de los casos más recordados fue el de Mateo Cagliari, quien fue bautizado en la Quinta Presidencial de Olivos el 26 de octubre de 1996. En esa ocasión, Carlos Menem, entonces presidente, no solo aceptó ser el padrino sino que fue él mismo quien propuso a la familia el apadrinazgo antes del nacimiento del niño.

Este tipo de apadrinazgo no solo tiene un carácter simbólico, sino que también incluye beneficios concretos, como la mencionada beca educativa. Además, para muchas familias, tener al presidente como padrino de uno de sus hijos es motivo de orgullo y reconocimiento. Sin embargo, esta tradición también ha sido vista en algunas ocasiones como un gesto protocolar que pocas veces implica un vínculo cercano entre el mandatario y el ahijado.

En el caso de Noah, su familia espera que Milei cumpla con esta tradición y se convierta en su padrino. Mientras tanto, los trámites continúan y la expectativa en la comunidad de Río Gallegos crece.