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Cumple 50 años uno de los mayores atractivos turísticos de Bariloche: Teleférico del Cerro Otto

En enero de 1974 fue habilitada una de las mayores atracciones de la ciudad patagónica. Conocé su particular historia

Por Redacción

05 de enero, 2024 - 11:25

El 4 de enero de 1974 quedó oficialmente inaugurado uno de los atractivos más emblemáticos de la ciudad de San Carlos de Bariloche: el sistema de góndolas que llevan a la cumbre del Cerro Otto.

Actualmente, se puede acceder por un sistema moderno y seguro a los 1.405 metros de altura sobre el nivel del mar de su cumbre, para contemplar la belleza de Bariloche y los alrededores.

Esa obra fue producto del deseo de un hombre que, tras haber atravesado una infancia con muchísimas carencias en Santa Fe, donde habitaba junto a su familia en un tradicional conventillo de época, se mudó a Buenos Aires, y rápidamente se convirtió en un exitoso empresario textil. Su nombre: Boris Furman.

En 1969 viajó a San Carlos de Bariloche y ascendió hasta la cima del Cerro Otto, donde imaginó la instalación de un medio de elevación. Apenas cinco años después, el 4 de enero de 1974, el sueño era una realidad.

El sistema teleférico fue adquirido a la firma Rudolf Kienast, con sede en Austria, país que se destacaba por su ingeniería de avanzada en transportes de pasajeros en altura. El sistema de “manzanitas”, como rápidamente comenzó a llamárselo, se convirtió en un ícono turístico de Bariloche.

Pronto, y a raíz de la cantidad de gente que accedía a esa excursión, Boris Furman fue por más. Decidió construir una confitería giratoria. Sí, en las alturas, en la cumbre misma. Y así, nuevamente, Bariloche se vio beneficiada con la que fue, durante décadas, la única en su tipo en Sudamérica.

Luego Furman creó la galería de arte, adquiriendo las copias exactas, en tamaño real y certificadas por el gobierno de Italia, de El David, La Piedad y El Moisés, del artista italiano Miguel Ángel Buonarroti que permanecen allí en exposición permanente.

Como soñador y filántropo, en vez de acumular sus ganancias, Boris Furman decidió constituir la Fundación Sara María Furman, con el único objetivo de ayudar al prójimo, a quien le donó la totalidad del patrimonio de lo que inicialmente fue Cerro Otto SA.

A su vez, ésta donaría también la totalidad de los excedentes que generaba el Teleférico a tres entidades de bien público: la Asociación Cooperadora del Hospital de Bariloche y dos entidades de la colectividad judía de Buenos Aires.

El emprendimiento fue convirtiéndose rápidamente en un verdadero complejo recreacional, destinado a todo público. La nueva Dirección del Complejo Turístico sumó actividades hasta llegar a instalar, en el 2007, el Funicular de la Cumbre, un medio de transporte en la cima de la montaña, diseñado, construido y operado por profesionales de Bariloche.

Después de años de constante trabajo y esfuerzo, el Teleférico y sus instalaciones se fueron modernizando, tanto en la electrónica como en los sistemas electromecánicos, y las instalaciones y servicios en la cumbre, cumpliendo normas internacionales que mejoran su competitividad. Esto ha permitido aumentar el monto de las donaciones, al punto tal de llegar a la cifra récord e inédita de 400 millones de pesos, correspondiente al último ejercicio (2023), distribuida entre las tres instituciones beneficiarias.

Estas donaciones son posibles porque Teleférico Cerro Otto sigue siendo una de las excursiones más visitadas de San Carlos de Bariloche. En este medio siglo, millones de personas han sido trasladadas hasta la cima en el medio de elevación y han disfrutado de la infraestructura, los servicios y el incomparable paisaje que se observa desde las alturas.

Según informó oficialmente la empresa, con motivo del aniversario, la Dirección Ejecutiva, a cargo de Oscar Borrelli y el Consejo de Administración de la Fundación Sara María Furman, apuestan a seguir creciendo y a reforzar lo que el complejo turístico recreacional es hasta hoy: un sello distintivo del destino Bariloche.

Por Susana Alegría, diario El Cordillerano de Bariloche