Mitos y realidades
¿Te gusta tronarte los nudillos, el cuello o la espalda? Esta práctica común ha generado un sinfín de debates sobre sus posibles efectos en la salud. Algunos la consideran inofensiva, mientras que otros advierten sobre sus riesgos. En este artículo, desentrañaremos los mitos y verdades detrás del 'crujido' articular.
Ese peculiar crujido proviene de la formación y colapso de burbujas de gas en el líquido sinovial, que lubrica las articulaciones. Estudios como el publicado en la revista Plos One han confirmado este fenómeno, que ocurre en menos de 310 milisegundos.
¿Causa artritis?
¡No hay evidencia que lo respalde! Numerosos estudios, como el famoso de Donald Unger, quien tronó sus nudillos durante 50 años sin desarrollar artritis, lo confirman. Sin embargo, existen excepciones. Movimientos bruscos en el cuello, como los realizados por un quiropráctico, podrían ocasionar un ictus vertebrobasilar.
¿Tiene beneficios?
El alivio del crujido es temporal y no hay pruebas de que beneficie las articulaciones. De hecho, tronarse los nudillos con fuerza podría dañar los tendones.
Si el crujido se acompaña de dolor, inflamación o enrojecimiento, podría indicar un problema articular subyacente. En esos casos, es crucial consultar a un médico.
¿Qué hacer entonces?
Si disfrutás del crujido articular, hacelo con moderación y evitá movimientos bruscos. Si te preocupa su impacto en tu salud, consultá a un profesional.
En resumen:
- Tronarse las articulaciones no causa artritis, pero en casos excepcionales podría ocasionar lesiones.
- El crujido proviene de burbujas de gas en el líquido sinovial.
- No hay evidencia de que beneficie las articulaciones.
- Si el crujido se acompaña de dolor o molestia, consultá a un médico.