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El vamping y sus consecuencias: ¿de qué se trata?

El Interactivo dialogó con Carina Castro Fumero, neuropsicóloga Pediátrica, quien explicó como la privación de sueño daña la mente

Por Redacción

12 de enero, 2024 - 07:12

El ‘vamping’ es la privación del sueño que se presenta, principalmente, en los adolescentes porque su ciclo de sueño cambia. Para entender un poco más de esta situación, El Interactivo (lunes a viernes, de 12 a 14, por Facebook y YouTube de Ciudadano.News) dialogó con Carina Castro Fumero, neuropsicóloga Pediátrica, quien explicó:

“Lo primero que tenemos que entender es que el ciclo del sueño del adolescente cambia, cambia a los 10 u 11 años. Empiezan a tener un retraso en la aparición del sueño, que significa que, si normalmente les está dando sueño a las 21 o 20 horas, conforme empiezan a entrar más en adolescencia les empieza a dar sueño más a las 21 o 22".

"Entonces, no es que rechacen dormir, es que no se pueden dormir, porque hay una alteración en el reloj biológico interno. Pero, por otro lado, entender que la vida actual y la cantidad de exposición a dispositivos y entre ellos toda la luz que emiten estos dispositivos, afecta mucho más este reloj biológico interno”.

 

Afecta a todos

“Es importante que aclare porque es en niños, adolescentes y adultos. La privación del sueño trae efectos a corto y largo plazo en la salud mental. A corto plazo, podemos decir, que al día siguiente estamos con mayor irritabilidad, agresividad, desbordes emocionales, dificultades para controlar y regular mis emociones, pero a largo plazo nos genera una predisposición a desarrollar enfermedades mentales, trastornos de ansiedad, depresión, suicidio, trastornos alimenticios”, recalcó.

“Hay una cosa que pasa que solo pasa cuando dormimos, que se llama la limpieza de toxinas y esto es que el sistema linfático de nuestro cerebro como que hace un lavado total de todas esas toxinas que acumulamos a lo largo del día".

"Cuando el cerebro no puede hacer ese lavado, entonces se empieza a acumular toxinas a lo largo del tiempo y esas toxinas lo que hacen en generar mayor vulnerabilidad para desarrollar enfermedades mentales. Entonces, los niños, adolescentes que no están durmiendo no están generando el lavado de toxinas necesarios que regenera una inflamación de una intoxicación de toxinas en el cerebro”, explicó.

“Si tengo dificultad en controlar y gestionar mis emociones, si estoy más irritable, si percibo el mundo que me rodea de una forma más agresiva mi respuesta va a ser más reactiva, entonces voy a tener una dificultad en relacionarme con otro”, reflexionó.

 

El problema de los celulares

“Niños, adolescentes y adultos estamos adictos a los dispositivos. La diferencia es que en un lado hablamos de cerebros en desarrollo y, en otro, cerebros desarrollados. Entonces, muchas veces, los padres argumentan: “Qué exagerados, si veía programas y no me pasó nada, no tengo un trastorno emocional o jugaba videojuegos y no soy un adicto, no soy un contrabandista”.

"Siempre minimizan el mensaje que se da y hablan de la contraparte, pero la realidad es que los estudios están ahí, cada vez son mayores, es importante entender que los niños que tiene un cerebro en desarrollo, también hablo de adolescentes, porque el cerebro termina de desarrollarse a los 25, 30 años, no a los 18, no a los 6 como nos hacían creer, entonces cuando tenemos un cerebro en desarrollo a los 25 y 30 años, todo lo que ese cerebro viva, todo lo que ese niño viva, haga, sienta, va a impactar en su neurodesarrollo".

`"Podemos hablar de aspectos más físicos como el aumento de diagnóstico de miopía en los niños, el aumento de problemas en trastornos del sueño, el aumento de adicción a lo que tiene que ver con videojuegos, niños que tienen dificultad para concentrarse, pero a largo plazo, ya hay estudios que dicen que entre antes uno le dé un dispositivo al niño, a menor edad peor será la salud mental que tenga para toda la vida”, aclaró.

“Entendemos que no es lo mismo el dispositivo que le presentamos a un niño, a un adolescente, a un adulto, todo tiene que ser con mucha cautela y con mucha información de cuando se entrega el dispositivo, qué se le permite ver y de qué forma. La idea no es satanizar el dispositivo, es entender y poder informarme y tomar decisiones que vayan en pro del desarrollo del mismo”, concluyó.

Educación no digital

“En Suecia se tiró abajo un plan de 60 millones de euros de digitalizar la educación para volver a lo tradicional, volver a lo escrito, a los libros de texto, porque se dieron cuenta de que nunca antes habían tenido dificultad de atención, de salud mental y de todo lo que tiene que ver con el aprendizaje autoescrito".

 "Tenemos que volver a jugar en el parque, a estar en el charco, a estar con libros de texto, a juegos de mesa, a los diálogos en familia, buscar momentos de encuentros, de reflexión. Hay que hablar de dispositivos, tomar conciencia de cómo se ven estas adicciones y cómo podemos usarlos de forma más racional, con mayor conciencia".

"Desde muy temprana edad hay que empezar a hablar de esto. Otra cosa que hay que hablar es de sexualidad, tiene que empezar desde casa porque los niños ahora están expuestos por los dispositivos a la pornografía, entonces un niño se está educando sexualmente a través de un dispositivo cuando debería ser desde casa".

"Hay que volver a lo de antes para enseñar y educar con toda esta tormenta que vivimos”, concluyó.

 

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